martes, 6 de agosto de 2019

El Principio Esperanza


Bloch, Ernst. 2006. El Principio Esperanza. Editorial Trotta. (3 tomos) (Traducción de Felipe González Vicén)

(Título original:  Das Princip Hoffnung. In fünf Teilen. 1959)

Estamos ante una monumental obra sobre la esperanza humana, consistente en tres tomos de más de 1500 páginas, un exhaustivo tratado sobre la Esperanza, que aunque está escrito desde una perspectiva marxista, agrupa todas las ilusiones, sueños y utopías que han puesto y siguen poniendo al ser humano en movimiento hacia una vida mejor. Situado en la misma vertiente que el Breve Tratado de la Ilusión de Julián Marías, o La Sociedad Invisible, de Innerarity, reivindica la necesidad de la esperanza y la utopía como motores del progreso y la sociedad, frente a otros autores, como Spinoza, Prajnânpad, o Comte-Sponville, que argumentan en contra de la esperanza, a la que ven no como virtud, sino como causa de desasosiego, temor y parálisis (ver el Tratado de la Desesperanza y la Felicidad, La Felicidad, Desesperadamente, o De l'autre Côté du Désespoir, de Comte-Sponville).

La esperanza se encuentra en el centro del foco de nuestro interés, por ser una emoción con cara y cruz: por un lado, se relaciona con nuestros deseos e ilusiones, nuestros anhelos y aspiraciones, nuestra voluntad de mejorar el mundo y mejorarnos a nosotros mismos; por otro lado, es compañera inseparable de nuestros miedos y frustraciones, de nuestros falsos sueños y decepciones, nuestra falta de contacto con la realidad y construcción de castillos en el aire. Bloch, sin duda, se sitúa en la cara positiva de la esperanza, a la que hermana directamente con la Utopía, como fuerza motriz de la vida humana. Todo podría resumirse en la figura de Colón:

"La creencia en el paraíso terrenal, sólo ella, prestó ánimo a los navegantes para osar consciente y planificadamente la travesía hacia el Oeste... Más que hombre alguno, Colón creía en el paraíso terrenal, en el lugar física y metafísicamente más elevado de la tierra: ésta era la costa de su Atlántico" (tomo 2, pp.362-3).

Es cierto: la utopías, por una parte, nos han llevado a los seres humanos a lugares donde nunca habríamos llegado a no ser por el poder de su atracción. Pero por otra parte, no es menos cierto que en otras ocasiones han traído destrucción y fanatismo, por su capacidad cegadora y obstinada de querer buscar, implementar e imponer una realidad imposible como si de ingeniería social se tratase, siendo la causa de los fascismos y totalitarismos que han asolado el siglo anterior (por eso, un buen contrapunto a la lectura de este libro sería La Sociedad Abierta y sus Enemigos, de Karl Popper). Escribe Vargas Llosa:

 "Todas las utopías sociales de derecha o de izquierda, religiosas o laicas, se fundan en la noción "positiva" de la libertad. Ellas parten del convencimiento de que en cada persona hay, además del individuo particular y distinto, algo más importante, un "yo" social idéntico, que aspira a realizar un ideal colectivo, solidario, que se hará realidad en un futuro dado y al que debe ser sacrificado todo lo que lo impide y destruye. Por ejemplo, todos aquellos casos particulares que constituyen una amenaza contra la armonía y la homogeneidad social. Por eso, en nombre de esa libertad "positiva" --esa sociedad utópica futura, la de la raza elegida triunfante, la de la sociedad sin clases y sin Estado, o la ciudad de los bienaventurados eternos-- se han librado guerras crudelísimas, establecido campos de concentración, exterminado a millones de seres humanos, impuesto sistemas asfixiantes y eliminado toda forma de disidencia o de crítica" (1).

Sea como sea, positiva o negativa, la esperanza es consustancial a la condición humana. Por ello, El Principio Esperanza, al ser una historia de todas nuestras utopías y sueños, es también un tratado de la naturaleza humana. El tomo primero comienza por analizar nuestros sueños diurnos en la vida diaria a lo largo de las diferentes etapas de la vida; nuestros impulsos y apetitos básicos, nuestros sueños nocturnos, el papel de lo todavía-no-consciente, lo posible, lo anticipado, lo deseado en el espejo, los castillos en el aire que construimos en torno a las fábulas, las novelas, el bailes, el cine, el teatro, el arte. Entre decenas de interesantísimos ejemplos de la fuerza de la esperanza, selecciono uno de este primer tomo: el mito de la Helena egipcia y la Helena troyana en la tragedia de Eurípides. La Helena egipcia es la real, mientras que la otra es un fantasma. Pero ese fantasma es por el que Menelao ha guerreado durante diez años, y por el que han muerto decenas de miles de hombres. Menelao se rinde a la evidencia y se queda con la Helena real, pero esta nunca llega a poder competir con la luminosidad del objeto ensoñado, cuyo brillo utópico es inigualable. Como dice Clement Rosset, "en caso de conflicto entre lo ilusorio y lo real, siempre triunfa la ilusión" (2).

El tomo segundo, titulado Proyecciones de un mundo mejor, analiza las utopías en el arte médico, los sistemas sociales, la técnica, la arquitectura, la geografía y el arte. Así, se pasa revista a las variaciones del Edén o El Dorado, como el sueño del estado dórico en Platón, la isla del sol de Yambulo, la Ciudad de Dios de San Agustín, el tercer evangelio de Joaquín de Fiore, la utopía de tomás Moro, el estado del sol de Campanella, o las utopías de Owen, Fourier, Cabe, Saint-Simon, Stirner, Proudhon o Bakunin. Por otro lado, están las utopías de la ciencia, o las utopías técnicas: la alquimia, la lámpara de Aladino o la flauta mágica, el Nova Atlantis de Bacon, las máquinas, la energía atómica. A continuación, se analizan las utopías arquitectónicas y las geográficas: el Vellocino de oro, el Santo Grial, el Paraíso, la isla de los feacios, las columnas de Hércules,el viaje por mar de San Brandán, el reino del preste Juan, el viaje de Colón, las Tierras del Sur. También se desglosan los paisajes desiderativos representados en la pintura, la ópera y la literatura, como el Paraíso de Dante, el país legendario de Giotto o el Elíseo. No se olvidan los paisajes desiderativos en la filosofía, pasando a través de Anaximandro, Platón, San agustín, Kant, Spinoza o Leibniz. Por último, se mencionan las utopías actuales en el capitalismo y el socialismo.

El tomo tercero, titulado Imágenes desiderativas del instante colmado, está dedicado a paradigmas literarios como Fausto, don Juan, Ulises, don Quijote, Hamlet, Próspero (La tempestad), Tasso versus Antonio (de Goethe, o el idealismo frente al realismo). Hay toda una sección dedicada a la música, a la que se denomina "el arte franqueador por excelencia", pura aspiración o tendencia, y una sección dedicada a la muerte, el más allá, el viaje celestial gnóstico, el cielo egipcio, la resurrección bíblica y el apocalipsis, el cielo mahometano, el nirvana budista, los mormones, los curanderos, la inmortalidad metafórica, la pervivencia en los libros. La religión ocupa un lugar preponderante como creadora de utopías, comenzando por su raíz mítica (Orfeo y Prometeo), siguiendo por los dioses babilónicos y egipcios, Confucio, Lao zi, el Tao Te ching, Moisés, Zoroastro, Mani, Buda, Jesús y Mahoma. Se analiza el papel del destino (Cassandra, Isaías) y el de Dios como ideal (siguiendo sobre todo la línea de Feuerbach: el hombre crea a Dios), el ateísmo, la mística, los milagros. Partiendo de las fábulas, se llega al bien supremo y al marxismo como esperanza.

Terminamos con un párrafo que resume bien la filosofía de Bloch:

"Desde siempre se ha enseñado al hombre que no debe salirse de sus posibilidades, y así lo ha aprendido; pero ni sus deseos ni sus sueños se doblegan. Todos los hombres, puede decirse, están prendidos en el futuro, superan la vida que les ha tocado vivir. Y en tanto en cuanto se sienten insatisfechos, valoran una vida mejor... El sueño soñado despierto de una vida perfecta, un sueño mediado objetivamente, y precisamente por ello no resignado, supera así tanto su proclividad al engaño como la misma falta de sueños. Esta última, con su mantenerse-en-sí o unida a un realismo que solo parece serlo si es resignado, es precisamente la situación predominante de muchos hombres, pensantes pero poco cognoscentes, en una sociedad sin perspectiva " (tomo 3, pp.498-99).

---------------------------------------------------------

(1) Vargas Llosa, Mario. 2019. La Llamada de la Tribu. Penguin Random House (pp. 258-9)

(2) Rosset, Clement. 2012. Lo Invisible. El cuento de plata SLR (p.33)


Ernst Bloch, profeta de la razón utópica

Posmarxismo y poscristianismo de Enst Bloch 

Utopía e ideología en el pensamiento de Ernst Bloch 

Introducción a Ernst Bloch (a 125 años de su nacimiento) 

Reseña

Texto completo (tomo 1)


No hay comentarios:

Publicar un comentario