domingo, 11 de agosto de 2019

Blade Runner


Scott, Ridley. 1982. Blade Runner.
Villeneuve, Denis. 2017. Blade Runner 2049.

Blade Runner y su secuela del 2017 son quizás las películas más emblemáticas, junto con la saga de Matrix,  de lo que llamamos posmodernismo, con todo lo que ello implica de hiperrealidad, transhumanismo, inteligencia artificial y realidad virtual. La película de Ridley Scott grabó en nuestra conciencia colectiva una de las más extendidas distopías de nuestro tiempo. El año del futuro en el que transcurre la acción es justo nuestro 2019, y en lugar de quedarse anticuada se ha visto confirmada en muchos aspectos, como hemos podido ver en libros como Homo Deus, La Destruction du Réel, La Herida de Spinoza, El Estilo del Mundo o los tres volúmenes del filósofo alemán Peter Gabriel: una sociedad donde el hombre se ve superado por la tecnología y pierde las riendas de la misma; donde el medio ambiente está envilecido hasta tal punto que apenas queda naturaleza;  donde la realidad virtual ocupa el lugar de la realidad, de forma que todo parece un gigantesco holograma.

Las dos películas, tanto la original como la secuela, revelan todos estos miedos, pero en esta ocasión queremos detenernos en uno especialmente: la pérdida de la identidad por la manipulación de nuestros recuerdos. Una de las claves que se repite en ambas películas es la construcción artificial del pasado de los replicantes: éstos han sido imbuidos de recuerdos falsos, de forma que creen tener un pasado y una historia personal. Por eso, para ellos, dudar de estos recuerdos es una de las mayores heridas que se pueden infligir en su autoestima. Necesitan creer que son verdaderos y reales. Por eso Rachael, la replicante experimental, llora cuando se le hace consciente de que sus recuerdos no son verdaderos, sino implantados.

El caso es que nosotros, seres humanos y aún no transhumanos, tenemos la misma inseguridad que los replicantes: ¿hasta qué punto son reales nuestros recuerdos y no han sido construidos y reconstruidos a lo largo de nuestra vida? (1). Somos conscientes de que no lo recordamos todo, afortunadamente, pues eso sería insoportable como bien sabemos por Funes el Memorioso, el relato de Borges, y que muchas veces albergamos dudas sobre la veracidad de nuestros recuerdos. Construimos nuestra identidad utilizando los recuerdos que seleccionamos, de forma que es nuestra memoria autobiográfica la que da coherencia y sentido a nuestra vida. Gracias a un mecanismo perfeccionado por la evolución, olvidamos lo que nos desgradada y tendemos a embellecer lo que nos causó placer y felicidad. Lo que recordamos es siempre una distorsión de la realidad, afortunadamente, adornada en unos aspectos y censurada en otros. Vamos construyendo un relato personal, convirtiéndonos de esta manera en novelistas de nosotros mismos. Los recuerdos terminan uniendo la realidad con la ficción construida, confundiéndose con ilusiones, esperanzas, sueños, miedos, frustraciones, por lo que siempre están teñidos de emociones.

Las investigaciones sobre la memoria autobiográfica demuestran que con el paso del tiempo, tenemos una tendencia a admitir como ciertos aquellos hechos que nos resultan verosímiles o queremos creer aunque no hayan ocurrido en la realidad, y viceversa. Las investigaciones de Elizabeth Loftus (2) sobre los falsos recuerdos o las de Julia Shaw (3) sobre las distorsiones de la memoria nos informan sobre la facilidad con la que falseamos la realidad borrando recuerdos reales o creando otros inexistentes.

Por otra parte, las neurociencias van teniendo cada vez más acceso a los lugares del cerebro donde se seleccionan y guardan estos recuerdos. Gracias a los estudios sobre los casos de amnesia y de la enfermedad de Alzheimer y a las últimas técnicas de resonancia magnética o tomografía por emisión de positrones, se va perfeccionado el conocimiento del mapa de los lugares donde los guardamos. De la misma forma, cada vez tenemos más acceso a la modificación de nuestros estados de ánimo gracias al avance en nuestros conocimientos sobre la forma en que la farmacología puede incidir en nuestros circuitos hormonales. El soma de Aldous Huxley ya llegó, se llama Prozac, y en nuestra sociedad el consumo de antidepresivos aumenta en progresión geométrica. ¿Por qué no recurrir al remedio rápido de una pastilla en lugar de otras terapias personales más largas y costosas?

¿Llegará el día en el que a diferencia de los replicantes de Blade Runner, en lugar de apreciar la autenticidad de nuestros recuerdos y renegar de su falsificación, lleguemos a pedir su manipulación, de forma que consigamos borrar por completo aquellos que no nos gustan o embellecer aún más aquellos que nos agradan? Esto es algo que ya hacemos de forma natural, pero puede llegar el momento en el que el proceso pueda ser potenciado artificialmente, y lo que es peor, ese proceso podrá ser guiado por otros que dominen la tecnología para hacerlo en lugar de nosotros mismos. En ese caso, nuestro relato autobiográfico habría dejado de estar en nuestras manos, como le ocurre a los replicantes de Blade Runner.

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(1) Otras películas que versan sobre nuestros miedos y dudas ante los laberintos y experimentos sobre la memoria humana y la posibilidad de manipularla son, por ejemplo, Memento (Christopher Nolan, 2000), Eternal sunshine of the spotless mind (¡Olvídate de mí!)(Michel Gondry, 2004), Inception (Origen) (Christopher Nolan, 2010), Total Recall (Desafío Total)(Len Wiseman, 2012) o Regression (Regresión) (Alejandro Amenábar, 2015). También es muy interesante el documental Memory Hackers, disponible en Youtube)

(2) TED Talk : La ficción de la memoria, disponible en Youtube.

(2) Shaw, J. 2017. The Memory Illusion. Remembering, Forgetting and the Science of False Memory. Random House


Posmodernismo en Blade Runner

Blade Runner o el Posmoderno Prometeo

Blade Runner, recuerdos del futuro

Blade Runner 2049


Enlaces a páginas sobre los falsos recuerdos y la manipulación de la memoria:

Regresión o como crear falsos recuerdos (HUFFPOST)

Implantar recuerdos (XL SEMANAL)

Modificar los recuerdos (INVESTIGACIÓN Y CIENCIA)

Científicos descubren cómo borrar y manipular recuerdos (COMPUTER HOY)

¿Se puede manipular la memoria? (NEUROPSICOLOGÍA Y APRENDIZAJE)

Falsos recuerdos: ¿se puede manipular la memoria) (HIPERTEXTUAL)

Consiguen manipular recuerdos con una técnica bastante sencilla (TENDENCIAS CIENTÍFICAS)




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