domingo, 31 de enero de 2021

A Beautiful Mind


 Howard, Ron. 2001. A Beautiful Mind

Una Mente Maravillosa (en español) es una apasionante historia sobre los recovecos de la mente humana y las formas en que nuestro cerebro puede llegar a distorsionar la realidad. 

La mente de los "sabios autistas" (1)  (que durante mucho tiempo han sido conocidos como "idiot savants"), es un espejo deformado de la mente de cada uno de nosotros. Son personas con altas capacidades cognitivas o artísticas que parecen concentrar todas sus energías en un campo limitado, no dejando recursos suficientes para todo lo demás. Su mente puede llegar a estar tan enfocada exclusivamente en un aspecto concreto, que llega a perder el contacto directo con el resto de la realidad, observándola tan sólo desde un punto de vista. Esta condición cerebral ha sido retratada en otras películas como Rain Man o en libros como Un Verdor Terrible (Benjamín Labatut), que ahonda en la mente de matemáticos que sobrepasan la frontera de la realidad para sumergirse en terrenos metafísicos y realidades paralelas.  

En el caso de de Johm Fober Nash Jr, el matemático en el que está basada la película, el problema también se complica con una de las más enrevesadas enfermedades mentales: la esquizofrenia. Esta enfermedad, padecida por personas que han destacado en todos los campos (Einstein, Van Gogh, Edgard Allan Poe, John Kerouac, Virginia Wolf, Zelda Fitzgerald, Edward Munch, etc), consiste en interpretar la realidad de manera anormal, haciendo caer a quien la padece en alucinaciones y delirios que pueden llegar a ser incapacitantes. 

La película nos engaña haciéndonos ver la realidad desde el punto de vista del protagonista sin avisarnos, y he ahí donde está su fuerza y atractivo, pues consigue ponernos en la piel de la persona que padece una brutal distorsión de la realidad. Me quedo con la escena en la que su mujer le intenta hacer consciente de lo que le ocurre y para ello le pregunta: "¿cómo podemos distinguir lo que es real de lo que no lo es? Quizás la respuesta no esté aquí (le dice señalándole la cabeza) sino aquí (y le pone la mano en el corazón)". Efectivamente, el cerebro puede ser nuestra más perfecta máquina para entender la realidad pero a la vez el más sutil tejedor de engaños, por lo que habremos de usar también la intuición, la corazonada o el pálpito para poder entender lo que realmente sucede.  

(1) Strauss, J. 2014. "Idiots Savants, Retarded Savants, Talented Aments, Mono-Savants, Autistic Savants, Just Plain Savants, People with Savant Syndrome, and Autistic People Who Are Good at Things: A View from Disability Studies". Disability Studies Quarterly 34,3. En https://dsq-sds.org/article/view/3407/3640



miércoles, 27 de enero de 2021

A Sangre y Fuego

 

Chaves Nogales, M. 2011. A Sangre y Fuego. Héroes, Bestias y Mártires de España.  Libros del Asteroide. 

Estos relatos de Chaves Nogales sobre la guerra civil son el mejor ejemplo sobre periodismo puro unido a realidad novelada. En ellos se cruza magistralmente la delgada línea que separa ficción de realidad. Todos los personajes y situaciones son perfectamente reales (de hecho, muchos de ellos sin duda lo son), y los hechos narrados como telón de fondo de cada una de las historias son totalmente verificables en hemeroteca. 

La verosimilitud de los acontecimientos es perfecta no solo por su continua alusión a los hechos históricos, sino por la construcción psicológica de los personajes. Chaves Nogales va así más allá del mero relato periodístico, convirtiendo el reportaje en relato, a través de un narrador omnisciente que se adentra en el sufrimiento de los personajes y la crueldad de las situaciones producidas por una guerra inmisericorde. Esta mezcla de ficción y realidad es, desde mi punto de vista, la mejor forma de poner al lector en la piel de los seres humanos que viven circunstancias tan adversas. 

El autor da un testimonio de primera línea de las atrocidades de la guerra y de la forma en la que ésta hace aflorar lo peor de los seres humanos. Se trata de periodismo novelado o de novela periodística en la que se aprecia una profunda empatía por el dolor humano y la estupefacción ante el sinsentido de la guerra. Sin duda, Chaves Nogales hace honor de la famosa aserción de Kapunscinski según la cual "para ser buen periodista hay que ser buena persona". Dice Kapucinski: "Yo trato de hacer mis deberes hasta lo que es posible. Hay que trabajar, eso es todo lo que sé hacer. Nuestra profesión requiere un sentido de suma responsabilidad. Toda guerra está siempre vinculada a la mentira. Ambos lados mienten y exageran". De nuevo, una frase aplicable al cien por cien a Chaves Nogales.  

Según dice el autor en el prólogo hablando de su motivación para escribir, "mi única y humilde verdad es un odio insuperable a la estupidez y la crueldad". Una guerra civil es el mayor ejemplo de insensatez, locura y barbarie. Por eso, como tantos otros, Chaves Nogales no tuvo más remedio que exiliarse cuando vio que en España ya no había nada por lo que luchar sin participar en la carnicería.  "En esta época de estrechos y egoístas nacionalismos el exiliado, el sin patria, es en todas partes un huésped indeseable que tiene que hacerse perdonar a fuerza de humildad y servidumbre su existencia". Desgraciadamente, esta frase sigue siendo plenamente actual en un mundo asolado por guerras que siguen creando miles de refugiados que cada vez son menos bienvenidos y se encuentran con muros más altos. 


Reseña (EL DEBATE DE HOY) 

Reseña (OJOS DE PAPEL) 

Entrevista a Muñoz Molina: "El hombre que estaba allí"




domingo, 24 de enero de 2021

Atonement


 McEwan, Ian. 2007. Atonement. Vintage Books. 

(Publicado en español por Anagrama como Expiación)

Ya hemos visto en este blog el poder y el placer que proporciona la ucronía (1): es la venganza del escritor contra la realidad. Ya que la realidad venció en su momento y nadie pudo hacer nada por remediarlo, la ficción permite cambiar el final de la historia si esta es demasiado dolorosa para soportarla. 

"How could that constitute an ending? What sense of hope or satisfaction could a reader draw from such an account?... Who would want to believe that, except in the service of the bleakest realism?" (p.371) 

La realidad es aún más dolorosa si es el mismo escritor el que está narrando los acontecimientos de su propia vida, como hace Briony, y las terribles consecuencias que produjo una actuación suya. Nunca pudo perdonarse lo sucedido, y la forma de expiar su culpa es a través de la ficción: narrando los acontecimientos de otra manera, como le habría gustado que hubieran sucedido. 

"No one will care what events and which individuals were misrepresented to make a novel" (p. 371) 

De esta forma, la ficción nos permite ser dios en cierta forma. Cuando pase el tiempo, nadie sabrá lo que ocurrió en realidad, y la única versión que sobrevivirá es la impresa, siempre y cuando se conserve una copia de la novela. Cuando los recuerdos reales se borren y se difuminen, solo quedará lo escrito, y en ese momento el escritor habrá vencido a la realidad. Lo que ocurrió de verdad se habrá perdido para siempre, pero la ficción permanecerá, de la misma forma que nos han llegado todas las historias del pasado. 

¿Quién sabe realmente lo que ocurrió en el pasado cuando éste se recompone con el paso del tiempo? Sólo nos quedan versiones de la realidad, falseadas, retocadas, recreadas, inventadas. Llega así un momento en que la realidad no es lo que realmente ocurrió, sino lo que nos llega en forma de historias. Ese el poder de la ficción. Nuestro cerebro se queda con lo bueno, con lo que nos conviene o con lo que nos reconforta. Al fin y al cabo, esa es una de las misiones de la literatura: crear mentiras piadosas que nos ofrezcan algún consuelo ante la inclemencia de la realidad. 

_____________________________________________

(1) Ver Érase una vez en Hollywood


Review (THE NEW REPUBLIC)


domingo, 17 de enero de 2021

eLaberinto




 Jiménez Casero, Antonio. 2020. eLaberinto. Extravertida. 

Svetlana Sokolova, profesora de literatura, blogera y política rusa, protagonista de esta novela, intentaba conseguir un mundo mejor. Pero sabemos que no lo ha conseguido, pues la narración comienza con su cortejo fúnebre. Sabemos desde el principio que no ha podido sobrevivir a un mundo cruel y despiadado, el de la Rusia de Putin, el nuevo Stalin, por un lado, y la vieja y decadente Europa de los populismos por otro. Y como telón de fondo, la nueva realidad de Internet, las redes sociales y las fake news corrompiéndolo todo. Frente a todo eso, ella encarna la idealización del ser humano a los ojos del narrador, Valentín, un antiguo colaborador de la KGB y los Servicios de Inteligencia, que fue su amante y ahora se dispone a preparar su venganza. Svetlna Sokolova representa la utopía y la esperanza. El narrador, por el contrario, es el realismo y la desesperanza total, y por eso la amaba: ella es lo único en lo que creía. 

"Somos barro con memoria de una culpa primigenia que nos alejó de un paraíso, un mundo sin dolencias donde todo era posible... Somos un delirio de barro que se proyecta hacia el futuro, un afán de progreso interminable y un sueño de eternidad que nos defiende de la evidencia de nuestra propia finitud... barro aplastado bajo la necesidad enfermiza y obsesiva de ser feliz un día... Sospecho que, incluso con ella, la felicidad habría sido una meta inalcanzable. Nadie la alcanza nunca. Es un engaño más con el que espoleamos nuestra vida cansina" (p. 71). 

A lo largo del transcurso del libro, se manifiesta la tensión entre la ilusión de Svetlna y su creencia en la posibilidad de construir un mundo mejor, y el absoluto descreimiento del narrador, que solo cree en el amor de ella. 

"Quise decirle: "Un día te lo advertí; la democracia es muchas veces un juego de apariencias, una envoltura, puro nombre que justifica terribles injusticias por razones de Estado. No hay argumento más indigno ni más indiscutible". Pero guardé silencio"  (p. 127) 
" -- La manipulación es una constante de nuestra especie, Svetla. Cada religión nació con la pretensión de manipular las conciencias. Y cada mito, cada poema épico, cada libro de historia. Seguramente, cada uno de esos libros que tú guardas en tu librería se habrá escrito con esa pretensión: manipular. 
Ella negó con la cabeza" (p. 129). 

Svetla no lo da todo por perdido. En un mundo donde las redes sociales han tomado el control alimentando el miedo, las frustración y el odio, aún queda, según ella, un resquicio de esperanza. Europa es víctima sobre todo, del miedo: miedo a perder su vida segura y cómoda, "y miedo a los desplazados, a los que huyen de las guerras y a los pobres verdaderos del mundo que mendigan la oportunidad de seguir vivos... Ese vacío lo están llenando en cualquier parte del mundo los profetas del miedo, oportunistas, gente mezquina a la que la democracia marginó en su día. Ha llegado su tiempo y lo están aprovechando" (p. 164). Pero para Svetla aún hay un remedio: la educación. 

En cambio, para el narrador, esta idea tan bella y Svetla misma son "como el vuelo de una mariposa sobre las flores de un jardín" (p. 167) y quizás esa es la razón más profunda por la que la ame sin fisuras, porque él también necesita algo a lo que agarrarse. Pero él no cree en las utopías: 

"Las utopías se transforman en dictaduras cuando los que las concibieron llegan a la conclusión de que no serán posibles. Eso explica en muy pocas palabras la historia de la Revolución" (p. 179). 

Svetla, aunque es consciente de que no hay una solución definitiva, no renuncia a la esperanza. Dice en su blog: 

"No podemos aspirar al paraíso; si acaso a una sociedad más inclusiva y solidaria. Y eso supone una batalla incierta contemplando el punto de partida. Pero es peor observar el deterioro sin ofrecer resistencia; eso conduce al pesimismo y nos arrebata el principal motor de nuestros actos, la esperanza de ser felices en grado razonable" (p. 185). 

En diferentes momentos de la novela asistimos a conversaciones donde se analizan las trampas del mundo globalizado, del capitalismo y los mercados; el laberinto de las religiones y nacionalismos; el odio a los inmigrantes y refugiados; el deterioro de las democracias por el avance de los populismos. La banlieu parisina es la imagen perfecta de todos estos males, el caldo de cultivo ideal para las frustraciones, los odios y la violencia, el lugar que termina por llevarse a Svetla por delante. Europa se ha rendido, sus países "han decidido hace poco que es prioritario levantar otra frontera... Tenemos muros, concertinas y alambradas en el interior de la cabeza. Rechazamos al que llega con las manos vacías.... Es ese rechazo el que genera su violencia. Saben que rechazamos su pobreza, que nos molesta su presencia en nuestras calles... los mares de Europa se han convertido en la fosa común más grande del planeta" (pp. 336-337). 

Todo este mundo ha podido con Svetla, que se ha perdido irremisiblemente en su laberinto. Y para el narrador sólo queda un camino: la venganza. 

Probablemente, Antonio Jiménez Casero se debatía dentro de sí entre esos dos polos: la ilusión por avanzar hacia un mundo más justo y la decepción y la destrucción de todas las utopías. 



sábado, 2 de enero de 2021

El Miedo de los Niños


 Muñoz Molina, A. 2020. El Miedo de los Niños. Seix Barral. 

La fantasía de los niños está plagada de fantasmas y monstruos. El miedo los crea y la fantasía los enaltece hasta que cobran vida propia. Este relato de Muñoz Molina procede de esos miedos y fantasías que toda persona ha tenido en su niñez. Sus raíces son las mismas del Frankenstein de El Espíritu de la Colmena o el monstruo de El Laberinto del Fauno. En este caso, los fantasmas son imágenes corrompidas de unos personajes de posguerra, los tísicos, enfermos que necesitaban transfusiones de sangre, idea que prendió en la mente de los niños de esa época y los transformó en una especie de vampiros que vagaban buscando personas  para sacarles la sangre. 

El libro tiene un epílogo muy interesante sobre el proceso de gestación del relato, y la forma en la que la realidad se va tornando ficción en la mente del escritor. 

"La experiencia se transforma en ficción en un espacio oscuro de la mente, con frecuencia muy despacio, bajo el efecto doble de la memoria y del olvido, un poco a la manera en la que la materia vegetal se transforma en suelo fértil en la oscuridad y el encierro de la compostadora. Una materia prima fundamental de la ficción es el recuerdo: pero un recuerdo alterado, modificado por el paso del tiempo, por las inexactitudes inevitables de la memoria, por su mera repetición" (p.104)

Ya sabemos que la memoria es todo lo contrario a un disco duro que se limita a reproducir sin cambios lo grabado (The Memory Illusion). La memoria corrompe, altera, modifica, crea, y ese material alterado es una de las raíces de la ficción. La otra raíz es la misma que genera los sueños. 

De una experiencia de niño y de una noche de insomnio de Muñoz Molina procede el relato, aunque es un tema que él mismo confiesa que siempre le ha acompañado de manera recurrente. La historia es inventada, pero los detalles son reales. Cuando la historia va tomando forma en la mente del autor, se confunde la realidad de los recuerdos con la ilusión de la ficción. 

"Yo inventaba la historia como si la estuviera recordando. El instante mayor de casi sonambulismo fue esa carta que uno de los protagonistas recibe y lee al final, y en la que encuentra una clave de lo sucedido en su infancia lejana. Tendido en la oscuridad yo imaginaba esa carta palabra por palabra, como si estuviera escribiéndola, como si acabara de abrirla y estuviera leyendo, estremecido por un descubrimiento. Era como un estado de trance que no terminó esa noche" (p. 109). 

La creación literaria, efectivamente, es como un estado alterado de conciencia en el que realidad y ficción se confunden creando una situación única, una mezcla de placer y dolor onírico, como de realidad aumentada, "uno de esos lugares a los que solo se puede volver en los cuentos y en los sueños" (p.109).