lunes, 28 de mayo de 2018

Imperiofobia y la Leyenda Negra


Roca Barea, Maria Elvira. 2017. Imperiofobia y la Leyenda Negra. Roma, Rusia, Estados Unidos y el Imperio Español. Siruela.

Muy interesante, bien escrito, fluido, lleno de sorpresas, con ritmo de best-seller, y a la vez denso, documentado, riguroso... todas estas virtudes se le pueden reconocer a este libro, además de polémico, arriesgado, valiente y sin complejos.

Pero también es cierto que cuando la cuerda se estira en exceso, se rompe; cuando se pone todo en el otro lado de la balanza, esta se desequilibra. Ese es el gran problema de este ensayo, que intenta demostrar con tanto ahínco su tesis, que llega un momento en que pierde objetividad y uno tiene la sensación de ser llevado a rastras en una dirección.

Es verdad que hay una leyenda negra injusta y exagerada contra lo español, proveniente del mundo anglosajón y protestante y recalentada en nuestra propia cocina patria, tan dada a la autocrítica destructiva y alimentada por nuestro complejo de inferioridad. Pero la Inquisición existió, el duque de Alba existió y el expolio de América existió. Es cierto que el protestantismo fue en mucho casos peor que la Inquisición (ya nos lo hizo ver Jesús Mosterín en su excelente libro Los Cristianos), que en las guerras de religión centroeuropeas no hubo buenos ni malos y que el genocidio de los indios en Norteamérica fue una de las páginas mas negras de la historia de la Humanidad, peor que la de Hispanoamérica. Pero la estrategia del "y tú más" no nos exime de culpa. No queramos convertir ahora lo negro en blanco, porque finalmente todo se dirime en la gama de los grises.

La autora habla, además de la imperiofobia y la leyenda negra, de otros interesantes temas, como por ejemplo del poder tergiversador del lenguaje (p. 46, 387);  de los oráculos como parte del modelo de propaganda anti-imperial (p. 65); del fenómeno de la "alucinación colectiva" (p.188) y de la "paranoia colectiva" (p. 282) que a veces se apodera de los pueblos (la caza de brujas); de la propaganda como instrumento para manipular la realidad (p. 234, 308).

Pero en muchas ocasiones se deslizan opiniones con una gran carga de ideología y falta de equilibrio que van lastrando el libro: por ejemplo, cuando se habla de la forma de combatir la propaganda, que no debe ser con la verdad: "craso error: a nadie se le ocurrió que para defenderse de esta propaganda había que atacar con las mismas armas con que se ofendía y que un procedimiento efectivo hubiera sido inundar los Paises Bajos con panfletos..." (p. 311); cuando se menciona a Chomsky, al que vapulea como "gran padre judío-estadounidense del antiamericanismo" (p. 75,201, 356), diciendo que "mezcla medias verdades y medias mentiras" y que "nadie se atreverá a reprochárselo porque vive protegido por la armadura intelectual de ser un intelectual de izquierdas" (p. 76); cuando se subraya la manera en que según ella la izquierda manipula la opinión pública con un estrategia que "consiste básicamente en apropiarse del mundo de las subvenciones, premios, cargos y otras sinecuras... procedimiento diseñado por Lenin que Willi Munzerberg llevó a la perfección " (p.82)*; cuando se equiparan el imperio azteca y el régimen nazi (p.314), con lo cual la desaparición de aquél se hace digna de aplauso y no motivo de critica; o cuando se analiza la diferencia entre realidad y lenguaje y se pone el siguiente ejemplo: "en los años 60 empezamos a llamar "interrupción voluntaria del embarazo" al aborto y últimamente hemos empezado a calificar como "daños colaterales" a los muertos civiles en las guerras" (p.387). En fin, está claro que la "vertiente de religión política de las ideologías tradicionalmente llamadas de izquierda le asusta" (p. 17), como la propia autora confiesa al inicio del libro, y desde luego no lo oculta a lo largo del mismo.

En esta línea, se enfatizan los males de la Ilustración (p. 93, p. 324, p. 382), los aspectos negativos de las cortes de Cádiz o de Bartolomé de las Casas y sus exageraciones (p. 308) o el papel negativo de la teología de la liberación en Sudamérica (p. 318);  pero se defiende la Inquisición (p. 265), como tribunal avanzado en derechos donde la tortura estaba reglada y "tenía precauciones que no existían en los tribunales civiles de España y de ningún otro país de Europa" (p.277) o se ensalzan las bondades de los dominicos (p.321) y los jesuitas (p.373) frente a los ilustrados.

Están también cargadas de ideología sus definiciones, como  la diferencia entre nacionalismo y patriotismo ("el nacionalismo suele servir a un grupo que por medio de él consigue riqueza y engrandecimiento social, mientras que el patriotismo no reporta beneficios, sino más bien disgustos y esfuerzo" (p.226); o la diferencia entre imperialismo y colonialismo ("el imperio es expansión incluyente que genera construcción y estabilidad a través del mestizaje cultural y de sangres. El colonialismo no tiene en común más que el movimiento de expansión inicial...no tiene mestizaje no estabilidad y es excluyente" (p.422)

Finalmente, el libro en su totalidad es una elegía y un panegírico de la iglesia católica, hasta tal punto que en la introducción la autora se defiende de posibles conjeturas contra su filiación diciendo que no tiene ningún vinculo con esta institución. Lo cierto es que al terminar el libro, al lector le entran ganas de peregrinar al Vaticano y ser ungido por su Santidad, por todo lo que ha sufrido esta institución a lo largo de los siglos.

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*Argumenta la autora que esto lo explica perfectamente bien Muñoz Molina en su novela-ensayo Sefarad; efectivamente, Muñoza Molina habla de Willi Muzenberg como ejemplo de artífice de propaganda comunista y estalinista que terminó siendo víctima de la persecución de nazis y luego de Stalin, pero nunca generaliza y dice que esa sea la manera de actuar de la izquierda en general.






Crítica de Esteban Mira Caballos

Reseña en Revista de Libros

Errores y verdades de ImperIofobia (LAS NOTICIAS DIARIAS) 

Imperioapología y otros disparates (Arturo Pérez Reverte)



viernes, 25 de mayo de 2018

Lo Real y su Doble


Rosset, Clément. 2015. Lo Real y su Doble. Ensayo sobre la Ilusión. Hueders.

Diariamente nos encontramos cara a cara con la realidad. A veces no la vemos porque se nos escapa o no estamos atentos, pero otras muchas veces es simplemente porque no la queremos ver, y necesitamos evitarla para sobrevivir: "Lo real no es admitido más que bajo ciertas condiciones y solo hasta cierto punto: si abusa y se muestra desagradable, se suspende la tolerancia"  (p.11)

Para no enfrentarnos a la realidad podemos recurrir al suicidio, a la locura, a la represión, a las drogas, o a la ilusión. Esta última vía de escape es la que estudia Clément Rosset en su libro: "En la ilusión, es decir, la forma más corriente de apartar lo real, no debe señalarse un rechazo de la percepción propiamente dicho. La cosa no es negada: tan solo es desplazada, puesta en otra parte"  (p.15). "Tal es la estructura fundamental de la ilusión: un arte de percibir adecuadamente, pero sacando las conclusiones contrarias" (p.19). "La técnica general de la ilusión consiste , en efecto, en convertir una cosa en dos. Igual que la técnica del ilusionista, que cuenta con el mismo efecto de desplazamiento y de duplicación por parte del espectador: mientras se ocupa en su quehacer, orienta su mirada hacia otra parte, allí donde no pasa nada" (p.21)

Rosset dedica un capítulo a la ilusión oracular, la creada en torno a las profecías (analizando casos como el de Edipo Rey o Segismundo en La Vida es Sueño: ""No se escapa al destino" significa sencillamente que "no se escapa a lo real"" (p.46). "La versión más límpida de lo real, aparece como el mayor absurdo a los ojos del iluso, es decir, de aquel que apostó hasta el final por la gracia de un doble" (p.47).

El siguiente capítulo está dedicado a la ilusión metafísica, la creación de una segunda realidad, el platonismo, el rechazo del presente: "Al aceptar uno lo que es, admite al mismo tiempo que uno no es más que eso. La unicidad implica en efecto un triunfo a la vez que una humillación: triunfo de ser único en el mundo, humillación de ser tan solo eso, es decir, casi nada, y pronto nada más" (p.66)
(Rosset ve una salida: dotar a cada instante de la vida de toda la riqueza de la eternidad).

Un tercer capítulo está dedicado a la ilusión psicológica, según la cual se crea el desdoblamiento de personalidad para escapar de la unicidad y la finitud. Pero "no hay sí mismo que no sea más que sí mismo, no hay aquí que no esté sino aquí, no hay ahora que solo sea ahora: tal es la exigencia del doble, que desea un poco más y que está listo para sacrificar todo lo que existe --es decir, lo único-- en beneficio de todo lo demás , es decir, de todo lo que no existe" (p.80). Aquí de nuevo, Rosset propone una salida frente al rechazo de la realidad: "aceptar la cosa, e incluso regocijarse en ello" (p.81).

La mayor tontería en la que podemos caer es la seguridad de que podemos esquivar nuestro destino, pues esta actitud es la clave de la perdición de uno mismo: "La falsa seguridad es más que la aliada de la ilusión; constituye su sustancia misma y en el fondo es la ilusión en persona, como lo dice Hécate en Macbeth: "La seguridad es el mayor enemigo de los mortales"" (p.77). Frente a esta falsa seguridad, Rosset elige la alegría de vivir, tal y como se explica en una nota a pie de página:

"La noción de alegría, que Rosset asimila a la alegría de vivir, está del todo relacionada con la noción de lo real, y por tanto, con la del rechazo del doble. en suma, si el doble aparece, es que la alegría desaparece --y viceversa. Igual que en Nietzsche y en Spinoza, la afirmación de la existencia es la fuente de la alegría, y recíprocamente, la alegría proporciona la fuerza para afirmar la existencia" (p.81)

Sólo así podemos llegar a la plenitud: "la reconciliación de uno consigo mismo, que tiene como condición el exorcismo del doble" (p.93). "Huida del doble, abandono de la imagen de uno en beneficio de uno como tal, es decir, por cuanto es invisible, inapreciable, y amable solo a ciegas, como en el juego de todo amor" (p. 95). "Es necesario que uno mismo baste, por pobre que parezca o que sea en efecto: pues la elección se limita a lo único, que es muy poco, y a su doble, que no es nada" (p. 103)



Reseña

Wikipedia (Français)

Clement Rosset en español

Clement Rosset (site officiel)

Atelier Clement Rosset







miércoles, 16 de mayo de 2018

Something I've been meaning to tell you



Munro, Alice. 2004. Something I've Meaning to Tell You. Vintage International.

Los relatos cortos de Alice Munro nos muestran el desconocimiento que tenemos de nuestra realidad más cercana. Nos obstinamos en conocer el origen del universo y no tenemos ni idea de lo que ocurre a nuestro alrededor. La familia es precisamente ese núcleo aparentemente cercano y perfectamente conocido que más sorpresas podría darnos. Cada persona es un mundo que guarda dentro misterios profundos, secretos inconfesables, anhelos frustrados, sentimientos encontrados. Tejemos esa red de relaciones a base de suposiciones, hipótesis y prejuicios. Alice Munro es una maestra en el análisis de estas situaciones, regalándonos estas trece joyas de relatos cortos donde la realidad se oculta siempre tras las apariencias.

En la primera historia, que da titulo al volumen, Something I've Been Meaning to Tell You, Munro profundiza sobre los secretos de familia y la forma en que nos ocultamos la realidad o la distorsionamos, a veces para no herir y otras para herir en demasía. Son esos secretos que estamos a punto de decir, pero que nunca salen a la luz, y morimos sin conocer: "Sometimes Et had it on the tip of the tongue to say to Arthur: "There's something I've meaning to tell you". She didn't believe she was going to let him die without knowing" (p.23).

La protagonista de How I Met My Husband se rinde a la desilusión de su amor platónico, que jamás aparece, y se conforma con su "sustituto", el cartero que hace de mensajero, pero a éste nunca se lo confiesa: "He always tells the children the stoy of how I went after him by sitting by the mailbox everyday, and naturally I laugh and let him, because I like for peopleto to think what pleases them and make them happy" (p. 66).

Material ironiza sobre el uso que un escritor, Hugo, hace de la realidad que le rodea para convertirla en ficción; una realidad difícil y terrible, la de la desgraciada Dotty, que no le inspira la menor compasión ni hace lo más mínimo por ayudar a transformar, pero sí la vampiriza para sus novelas, sacandónle partido. Es una crítica ácida e irónica contra el oficio de escritor o del artista en general, contra la función del Arte ante la Realidad: "I was impressed by Hugo's story... There is Dotty lifted out of life and held in light, suspended in the marvellous clear jelly that Hugo has spent all his life learning to make. It is an act of magic, there is no getting around it; it is an act, you might say, of a special, unsparing, unsentimental love. A fine and lucky benevolence. Dotty was a lucky person, people who understand and value this act might say (not everybody, of course, does understand and value this act); she was lucky to live in that basement for a few months and eventually to have done this to her, though she doesn't know what has been done and wouldn't care for it, probably, if she did know. She has passed into Art. It doesn't happen to everybody" (p. 43).

En Marrakesh la escritora nos hace conscientes sobre lo poco que en realidad conocemos a las personas que tenemos cerca y el misterio y lo insondable de cada ser humano:   "Dorothy looked down for some time from her bedroom window at her granddaughter's spare Brown body, as if it were a hieroglyph on her grass" (p.166)

The Spanish Lady trata sobre la presencia y la conciencia de la muerte como la mejor forma de devolvernos a la realidad, frente a las elucubraciones y dramas personales diarios o frente a la huida hacia lo esotérico y religioso (los rosacruces) "As if we were all wound up a long time ago and were spinning out of control, whirring, making noises, but a touch could stop, and see each other for the first  time, harmless and still" (p.191)

Winter Wind versa sobra sobre la narración constante que desarrolla nuestro "yo"  en personalidades múltiples ("the loud argumentative scandalous person I was at home had no much more to do with my real self than the discreet unrevealing person I was in my grandmother's house" (p. 202) y la invención de motivos, razones e ideas para dar sentido a los actos de las personas que nos rodean, y que en realidad no llegamos a conocer nunca ("I have said that my grandmother would choose a certain kind of love. I have implied that she would be stubbornly, secretly, destructively romantic. Nothing she ever said to me, or in my hearing, would bear this out. Yet I have not invented it, I really believe it. Without any proof I believe it..." p.201)

Memorial incide en la imposibilidad de domesticar, cuadricular o imponer un orden a la realidad. La realidad es un animal salvaje que da el zarpazo en el momento más inesperado o que aguarda agazapada tras la aparente imperturbabilidad del jardín zen más meticuloso y acabado. "June said she had worked through all that." Years ago, and in Gestalt too. I really did it in Gestalt. I worked it all out an finished with it." I have not worked through anything, Eileen thought. And further: I do not believe things are there to be worked through. People die; they suffer, they die... Illness and accidentes. They ought to be respected, not explained. Words are all shameful. They ought to crumble in shame" (p. 221).

Uno de los personajes de Walking on Water, Eugene, es un caso típico de persona que a partir de la lectura científica, filosófica y psicológica deriva en otros terrenos como la religión, la mística y el esoterismo, llegando a apartarse por completo de la realidad. "The world that we accept -- you know, external reality, is nothing like so fixed as we have been led to believe" (p. 75). Eugene le habla al narrador del poder de la mente para mover objetos, levitar, salir del cuerpo y para ser capaz de andar por el agua, de lo cual quiere hacer una demostración pública, acontecimiento en torno al cual gira toda la historia. No sabemos si se ha vuelto loco de tanto leer, como don Quijote, o que se ha visto sometido a un lavado de cerebro que lo ha dejado irreconocible, como el caso que cuenta Oliver Sacks sobre "The Last Hippie" (1). Lo cierto es que ha perdido totalmente el contacto con la realidad, y el narrador se preocupa de que pueda terminar suicidándose.

Un tipo parecido a Eugene es uno de los protagonistas de Forgiveness in Families. Cameron forma parte de una comuna de iluminados que se encuentra a medio camino entre los hippies, los Hare Krishna y las sectas satánicas. Abandona a su madre y la convence de hacer una enloquecida dieta vegetariana que la lleva al borde de la muerte. A pesar de ello, como hijo pródigo, no solo es perdonado por su madre, sino que ella llega a creer que Cameron es la causa de su curación gracias a un ritual practicado por la secta. Los seres humanos llegamos a creer lo más inverosímil siempre y cuando case con lo que queremos creer: "Well, that boy of mine may not be much of a success at anything else but you have to admit he has a knack of saving lives. May Cam should go into the miracle business, he certainly pull it off with me" (p.105).

En el relato Tell Me Yes or No asistimos a la desesperación de una amante que ha sido olvidada por un  hombre casado, del cual ha dejado de recibir cartas de amor. La mujer, angustiada ante el incomprensible silencio, descubre en las noticias que la razón de la ausencia es la muerte del amante. Se decide entonces a visitar el barrio donde vive y la librería donde trabaja su viuda, que le enseña un montón de cartas escritas por una tal Patricia, su nombre ficticio.  La narradora lo vive todo con una sensación de irrealidad, producida por la doble vida que ha tenido que llevar siempre. ¿Realmente ha ocurrido la historia de amor? ¿No es todo una invención? ¿No es el amor más que el producto de nuestra imaginación? "I invented her I invented you, as far as my purposes go. I invented loving you and I invented your death. I have my tricks and I have my traps too" (p. 124). 

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(1) Sacks. Oliver. 1995. An Anthropologist on Mars. Picador.