domingo, 29 de abril de 2018

Contra Todo Esto


Rivas, Manuel. 2018. Contra Todo Esto. Un Manifiesto Rebelde. Alfaguara

Rivas comienza su libro aludiendo al sentimiento de vergüenza, que es el que nos puede abrir los ojos ante la injusticia. Mishra (Age of Anger) construye su ensayo contra el estado actual de cosas partiendo de la ira. Ambos libros miran la cara difícil de la realidad: son por ello libros necesarios para que no nos durmamos en el sentimiento de la complacencia, el progreso, el optimismo del capitalismo o el fin de la historia (que según Rivas, no se cree ni el gato de Fukuyama).

"El triunfo del pensamiento grosero, descivilizador, de entusiasmo halconero. El avance de un progreso retrógrado, en el que las grandes cifras en vuelo ocultan a las personas y oscurecen el cielo" (p.15)

Son libros para ser conscientes de la "avalancha de mierda" que sacude el mundo actual, y el "régimen de distopía" en el que vivimos: el retroceso de derechos y libertades, el rapto de la democracia, el triunfo del machismo y del odio hacia el diferente, la guerra contra la naturaleza; un mundo donde el cinismo, la indiferencia, la desigualdad, la corrupción y la mercantilización se han apoderado de todo.

Mientras que el de Mishra es un ensayo histórico, este libro es un manifiesto personal y rebelde más al estilo de ¡Indignaos! de Stéphane Hessel. Su aportación más interesante se halla en su condición de ventana abierta al mundo de lecturas, referentes y autores inspiradores de Rivas: desde grandes figuras como Gustave Flaubert, Rubén Darío, John Dos Passos, William Faulkner, John Steinbeck, Frank Kafka, Walter Benjamin, Emile Zola, Albert Camus, Tzvetan Todorov, Slavoj Zizek, Rafael Chirbes, Rosalía de Castro, Gloria Fuertes, Castelao, Mary Wallstonecraft, Simone Weil, Norman Mailer, Oliver Sacks, Samuel Beckett, Herman Melville, Borges, Saramago, Joyce o, por supuesto, Cervantes ("mi patria es la de la maldita estirpe de Cervantes", p.22) hasta un listado interesantísimo de otros quizás menos conocidos y a los que apetece asomarse: el poeta austriaco Georg Trakl, el novelista estadounidense Philip K. Dick  (p.21), el pensador libertario chino del siglo III PaoTsing Yen (p.27), la ecologista y feminista hondureña Berta Cáceres (p.32), el periodista polaco Ryszard Kapuscinski (p.34), el periodista mejicano Javier Valdez Cárdenas (p.67), el dibujante y escritor francés Fréderic Pajak (p.81), el historiador judío Yosef Hayim Yerushalmi (p.93), la escritora estadounidense Flannery O'Connor (p.113), el marino y escritor canadiense Joshua Slocum (p.157), la psicoanalista francesa Françoise Dolto (p.182), el escritor rumano Panait Istrati (p.184), el escritor y pintor británico John Berger (p.250), el poeta estadounidense Lawrence Ferlinghetti (p.258)...

Rivas aconseja libros como Exploradores: Cuadernos de Viaje y Aventura (publicado en Geoplaneta) (un "libro excepcional" p.68),  Manifiesto Incierto de Fréderic Pajak (un "libro peligroso" p.81), Los Abusos de la Memoria de Tzevetan Todorov (un "muy interesante ensayo" p.91), Una Historia de la Violencia de Robert Muchembled ("una monografía rigurosa" p.115), Homenaje a Catalunya de George Orwell ("obra imprescindible" p. 168), Animales y Racionales en la Historia de España de varios autores ("un libro que hace sentir y pensar, una obra necesaria que retumba en el vacío histórico" p.183), La utilidad de lo Inútil de Nuccio Ordine ("consigue sumergirnos en el agua de nuestro tiempo" p.194), Utopia para Realistas de Rutger Brutman ("un libro en el que las ideas parlotean con una libertad inquietante" p.210), Sapiens de Yuval Noah Harari (un libro que no necesita recomendación pero que nadie debería perderse" p.216), El Alma de los Animales de Giner de los Ríos ("un ensayo fascinante de 1874, demasiado avanzado para nuestros tiempos" p. 217), el Ulises de Joyce ("un viaje hacia esa cripta: al origen del mundo.... El secreto del tálamo de Itaca. La
Anunciación de María. La vulva de Molly Bloom", p.268), Examen de Ingenios de J.M.Caballero Bonald ("paladeo la libertad en él", p.273) o  Tiempo de Canallas de Lillian Hellman ("una tarea necesaria: recuperar este libro", p.277)...

Por último, tres citas sobre temas que me interesan especialmente y que merece la pena recordar: la primera, sobre la deformación de la realidad; la segunda, sobre la alegría; la tercera, sobre la esperanza:

"Es el momento de los procustes. Era este, Procustes (El Estirador), un posadero griego que tenía un método infalible para encamar al viajero. Si era alto, le serraba las piernas. Si era bajo, le estiraba a la fuerza. En ciencia, hacer la "cama de Procustes" consiste en la deformación de la realidad para que se ajuste como sea a la propia teoría" (p. 178).

"El más triste de los pecados, el que los tristes gritan en el infierno a Dante: "Fuimos tristes en el aire dulce que del sol se alegra"" (p.270).

"La vergüenza abre paso a la esperanza. La esperanza no se espera. Hay que arrancársela de los brazos al conformismo" (p.44).


Reseña en EL PAIS

El ojo crítico, programa de Radio Nacional

miércoles, 25 de abril de 2018

Hallucinations


Sacks, Oliver. 2012. Hallucinations. Picador

Mi tercer libro de Oliver Sacks, después de An Anthropologist on Mars y The Man who Mistook his Wife for a Hat, vuelve a resultar una lectura apasionante por su habilidad para describir las enfermedades mentales y sus reflexiones sobre la naturaleza humana.
Oliver Sacks ve la experiencia alucinatoria como una parte esencial de la condición humana, íntimamente relacionada con el arte, el folklore y la religión. Muchas de ellas están causadas por la privación sensorial (pérdida de visión o audición, aislamiento...), otras por enfermedades como el Parkinson, la epilepsia o la esquizofrenia;  otras por estados alterados de conciencia adquiridos por el uso de drogas o medicamentos; otras por las migrañas (que padecía el propio autor y consideraba "a window into the nervous system -- and I think this was one reason I decided to become a neurologist" p.129); otras por fiebres altas, delirios, momentos previos a la entrada en el sueño, o posteriores, o por narcolepsia; otras por efectos postraumáticos o situaciones cercanas a la muerte, o pérdidas de miembros.

Un libro que se cita constantemente es The Varieties of Religious Experiences, de William James, sobre todo en el capítulo dedicado a los estados alterados de conciencia:

 "Some people can reach transcendent states through meditation or similar trance-inducing techniques or through prayer and spiritual exercises. But drugs offer a shortcut; they promise transcendence on demand" (p.91).

Este capítulo resulta especialmente interesante porque el autor narra su propia experiencia con las drogas, por las que se interesó por la lectura de libros como Plants of the Gods (de Richard Evans Schultes), Confessions of an English Opium-Eater (de De Quincey), Artificial Paradises (de Baudelaire) o Doors of Perception y Heaven and Hell (de Aldous Huxley). Uno de sus peores momentos lo tuvo cuando dejó de tomar una droga de la que había estado abusando durante un tiempo:

"I had to maintain at least an external control and not panic or scream or become catatonic, faced by the bug-eyed monsters around me. The best way of doing this. was to write, to describe the hallucination in clear, almost clinical detail, and in so doing, become an observer, even an explorer, not a helpless victim of the craziness inside me... by describing what was going on in my lab notebook, I managed to maintain a semblance of control, though the hallucinations continued, mutating all the while" (p. 116)

Oliver Sacks nos ofrece así una estrategia para reaccionar cuando nuestro cerebro es víctima no sólo de alucinaciones, sino de pensamientos obsesivos o emociones incontroladas: hay que retroceder un paso y convertirse en observador curioso de lo que ocurre en nuestro cerebro. Es una forma de no aferrarse ni dejarse engañar por todas las trampas que nuestro cerebro nos tiende.

También es especialmente interesante el capítulo sobre la epilepsia, titulado "The Sacred Disease", por la íntima relación entre las alucinaciones producidas por los ataques epilépticos y la experiencia mística. Por ejemplo, las visiones y voces que experimentaba Juana de Arco desde los trece años (probablemente producidas por ataques epilépticos localizados en el lóbulo temporal) o el propio Dostoyevsky, que tuvo frecuentes ataques epilépticos tras su destierro en Siberia:

"many of these attacks were preceded by a remarkable mystical or ecstatic aura... I felt the heaven was going down upon the earth and that it had engulfed me. He came into me myself, yes God exists, I cried, and I don´t remember anything else. You all, healthy people, he said, can't imagine the happiness which we epileptics feel during the second or so before our fit... I don't know if this felicity lasts for seconds, hours or months, but believe me, for all the joys that life may bring, I would not exchange this one" (p.156)

Oliver Sacks concluye:

"the universality of fervent mystical and religious feelings -- a sense of the holy-- in every culture suggests that there may indeed be a biological basis for them; they may, like aesthetic feelings, be part of our human heritage" (p. 163).

El autor vuelve a citar a William James y su libro sobre las experiencias religiosas, cuando habla de las presencias fantasmales ("the feeling that someone is there, to the left or to the right, perhaps just behind us, is known to us all... the sensed presence, the invisible companion, the "third man", the shadow person" p.289). Este fenómeno es el último que Oliver Sacks analiza en su libro, para terminar con una conclusión muy interesante:

"Thus the primal, animal sense of "the other", which may have evolved for the detections of threat can take on a lofty, even transcendent function in human beings, as a biological basis for religious passion and conviction, where the "other", the presence", becomes the person of God"(p.293).

No deja de ser significativo que un libro cuyo título es "Hallucinations" termine con la palabra "God".


What hallucination reveals about our minds (TED talk)


Review (The Lancet)



lunes, 23 de abril de 2018

Vida y Muerte de las Ideas


Valverde, José María. 1980. Vida y Muerte de las Ideas. Pequeña Historia del Pensamiento Occidental. Planeta.

El título ya nos da la pista: las ideas no están en un cielo inmutable, eternas, esperando que las descubramos. Las ideas las creamos nosotros, y terminan muriendo, como todo. Existen las cosas, las personas, y una herramienta imperfecta con la que pensamos: el lenguaje. Esa es la realidad. Lo demás es idealismo, el idealismo de Platón, de quien el autor se desmarca desde la introducción, diciendo que prefiere estar del lado de "lo pobre", contra el "despotismo 'de arriba', cuyo arquetipo está en el idealismo del aristócrata Platón" (p.10).

De la misma forma que Russell en History of Western Philosophy, vamos pasando uno a uno por los diferentes autores, pero no de una forma fría y como si de una listado se tratase, sino bajo la lupa selectiva y poderosa de quien sabe dónde mirar, cómo mirar y de qué forma asociar ideas y movimientos.

José María Valverde, poeta, ensayista, historiador de las ideas, traductor (bien conocido en el mundo anglófilo por su traducción del Ulises de Joyce), nos ofrece su interpretación personal de la historia de las ideas filosóficas y la forma en la que el ser humano ha intentado acercarse a la realidad y la verdad desde la Grecia clásica a nuestros días, comenzando por el "asombro":

"El pensamiento filosófico empieza su historia con una actitud nueva: el asombro ante el espectáculo acostumbrado de la naturaleza, con su girar de día y de noche, de estaciones, de lluvias -- el asombro, según el dicho platónico, es el origen de la filosofía" (p.13),

para terminar con la "palabra": "Volviendo del revés el comienzo del evangelio de san Juan, podríamos acabar diciendo: "En el final, es la Palabra" (p.280), haciendo alusión al formalismo y estructuralismo en que se veía envuelta la filosofía en el momento en que escribió su obra, la década de los 80.

Se repasan así los dos milenos y medio que han transcurrido desde que los griegos comenzaron por intentar acceder al pensamiento más puro, supuestamente no necesitado de cosas ni de palabras, para continuar con un largo periplo en el que han ido cogiendo la batuta la teología, la lógica y el intelecto abstracto, para llegar a la conclusión de la limitación de nuestro pensamiento, puesto que nada podemos hacer sin el lenguaje, nuestro querido pero limitado lenguaje, a través del cual vemos y procesamos la realidad.

"El intelecto puro, el órgano de las ideas y sus relaciones formales, no ceja en su irrenunciable pretensión de dar razón, en términos análogos, de lo matemático y lo moral, del Ser más abstracto y de la vida humana, sin desalentarse por dos milenios y medio de intentos; pero ahora se hace evidente que el lenguaje normal y primario -- el llamado un tanto despectivamente "ordinario" -- no le va a servir para eso, aunque lleve siempre a la ilusión y al anhelo de que fuera posible tal cosa. Por eso, la gran tendencia formalizadora actual puede verse, en cierto modo, como una rebelión contra el lenguaje, que es también una rebelión contra el limitado y concreto ser del hombre" (p.9)

De forma que éste es el final del camino: nuestras ideas y nuestra percepción de la realidad están irremisiblemente condenadas a circunscribirse a los límites de nuestro lenguaje. Pero Valverde prefiere no perder la esperanza con respecto a la mente y la palabra y termina diciendo, como Machado, " Confiamos en que no será verdad nada de lo que pensamos", por lo que obstinadamente y en contra de la evidencia, seguiremos dándole vueltas al asunto, pues está en nuestra naturaleza.

Obituario de EL PAIS

El pensamiento en libertad de José María Valverde







martes, 17 de abril de 2018

Si Esto es un Hombre


Levi, Primo. 1958. Si Esto es un Hombre. Austral (novena impresión, febrero 2018)

El libro de Primo Levi va ya por su novena impresión en Austral, aparecida hace poco, un clásico imperecedero sobre la vida en los campos de concentración nazis.

Es necesario no olvidar la terrible realidad que describe este libro, escrito con el fin de "proporcionar documentación para un estudio sereno de algunos aspectos del alma humana" (p.7). He aquí algunos ejemplos de interesantes reflexiones sobre la naturaleza humana enfrentada a condiciones extremas: 

"Fueron las incomodidades, los golpes, el frío, la sed, lo que nos mantuvo a flote sobre una desesperación sin fondo, durante el viaje y después. No el deseo de vivir, ni una resignación consciente" (p. 16).

"Nos ha quedado un facultad y debemos defenderla con todo nuestro vigor porque es la última: la facultad de negar nuestro consentimiento. Debemos, por consiguiente, lavarnos la cara sin jabón con agua sucia, y secarnos con la chaqueta. Debemos dar betún a los zapatos no porque lo diga el reglamento sino por dignidad y por limpieza. Debemos andar derechos, sin arrastrar los zuecos, no ya en acatamiento de la disciplina prusiana sino para seguir vivos, para no empezar a morir" (p.43)

"Ay de quien sueña: el momento de conciencia que acompaña al despertar es el sufrimiento más agudo" (p. 46)

"La facultad humana de hacerse un hueco, de segregar una corteza, de levantarse alrededor de una frágil barrera defensiva, aún en circunstancias que parecen desesperadas, es asombrosa, y merecería un estudio detenido. Se trata de un valioso trabajo de adaptación. en parte pasivo e inconsciente y en parte activo: de clavar un clavo sobre una litera para colgar los zapatos por la noche; de establecer pactos tácticos de no agresión con los vecinos; de intuir y aceptar las condiciones de aquel determinado Kommando..." (p.60)

" La convicción de que la vida tiene una finalidad está grabada en todas las fibras del hombre, es una propiedad de la sustancia humana... Aquí y hoy, nuestra finalidad es llegar a la primavera" (p.77)

"Teníamos una incorregible tendencia a ver en cada acontecimiento un símbolo y un signo" (p.84)

"Para quien no tenga sólidos remedios internos, para quien no sepa sacar la conciencia de sí mismo para aferrarse a la vida, el único camino de salvación conduce a Elías: a la demencia y a la bestialidad traicionera. Ninguno de los demás caminos tiene salida" (p.107)

El libro de Primo Levi sigue vivo en cada guerra, en cada violación de los derechos humanos, en cada acto que degrada nuestra existencia. Por ejemplo, la reciente película Alma Mater retrata la vida de una familia en en plena guerra de Siria en una piso que se ha convertido en su particular campo de concentración, donde día tras día se sobrevive entre el miedo, la impotencia, la deshumanización y lo peor (y lo mejor) de la condición humana. La realidad que refleja esta película nos pone cara a cara, de nuevo, ante lo ya vivido en Austwitch, que sigue estando siempre, permanentemente presente: el esfuerzo denodado del ser humano por sobrevivir cuando todo se desmorona a su alrededor.

Alma Mater (2017) (reseña)


martes, 10 de abril de 2018

Lo Invisible


Rosset, Clement. 2012. Lo Invisible. El cuento de plata SLR

Ha muerto Clement Rosset. Tres razones por las que su obra me resulta profundamente atractiva son su tenacidad por entender la realidad tal como es y no como la queremos imaginar, su elección de la alegría frente al nihilismo y su conexión con filósofos como Savater, Cioran o Comte-Sponville.

Este pequeño ensayo trata sobre "la facultad de captar objetos inexistentes", que "revela un carácter extraño y un tanto inesperado del pensamiento. Y tal rareza no carece de interés ni de importancia, si advertimos que precisamente a dicha facultad de creer ver y de creer pensar, cuando no se ve ni se piensa nada, los hombres le deben lo esencial de sus ilusiones" (p.10).

Para ello revisa la filosofía de Wittgenstein, la música de Stravinsky, el arte de Goya, el Retablo de las Maravillas de Cervantes, la poética de Mallarmé o Raymond Roussel, o invenciones como el espectro de Hamlet en Shakespeare o el coco que se utiliza para asustar a los niños.

Rosset reflexiona sobre lo invisible en el amor:

"Un rostro real, percibido en carne y hueso, resulta tan móvil e inasible como el rostro que se intenta imaginar a partir de un esbozo. Por tal motivo es que no existe un objeto de amor; no hay rostro o cuerpo de los que unos se pueda enamorar, sino una infinidad de rostros o de cuerpos que revolotean en trono a la persona amada... por eso el deseo amoroso, que es el deseo de poseer un rostro y un cuerpo, es por definición insaciable, es decir, imposibilitado de satisfacción." (p.17)

Sobre la necesidad de encontrar un sentido (invisible) detrás del lenguaje:

"El hecho de que invenciblemente seamos llevados a buscar, antes de lo que alguien dice o escribe, una intención de significar que se desdibuja y se corrompe en parte en aquello que el lenguaje expresa... para llegar finalmente a la roca dura que escaparía de lo aleatorio y lo fortuito del lenguaje, es una ilusión que Wittgenstein dedicó su vida a describir y denunciar". (p.18)

Sobre la necesidad de encontrar un sentido (invisible) detrás de la expresión artística:

"la ilusión paralela en imaginarse que hay un sentido, tan profundo como oculto, detrás del lenguaje musical... Lo que nos dice la música pasa con la música y debe ser encontrado en su propio decir. Todo lo que podemos hacer es volver a ella y escuchar de nuevo..." (p.19)

Sobre la necesidad de creer en un yo (invisible):

"Hay una última persona que nunca reconocemos porque es constantemente invisible, y es evidentemente uno mismo". (p. 38)

 Sobre la necesidad de la creencia en Dios:

"Hay un ser, e incluso el ser por excelencia, cuya existencia, cierta para muchos, se conjuga con una invisibilidad no menos cierta y para todos: es Dios. Dios existe pero está oculto, decía Pascal; una explicación evidentemente plausible debido a que es difícil verlo" (p. 63). 

Lo invisible es usado por los que ostentan el poder para justificar su permanencia en el mismo: 

"Es sabido el arte con el cual los concilios, ya sean de orden religioso, político u otro, la mayoría de las veces logran urdir, dedicándole el tiempo que haga falta, insensateces similares". (p. 64)

La creencia en lo invisible, por razones similares, es un arma que se utiliza para asustar:

"La invisibilidad de lo que se supone que vemos, o de lo que se imagina ver, no es entonces solo una fuente de ilusión... también es una de las estocadas secretas de que disponen los que tienen la misión de asustar." (pp.59-60)

Rosset afirma que el ser humano, cuando tiene que elegir entre lo real y lo ilusorio elige lo segundo, porque lo real siempre decepciona:

"En caso de conflicto entre lo ilusorio y lo real siempre triunfa la ilusión" (p.33). 

"Siempre hay menos en la duquesa de Guermantes que en el nombre de la duquesa de Guermantes, menos en la ciudad de Balbec que en el nombre Balbec, menos en el cumplimiento del amor que en su espera; de manera general: menos en en lo real que en lo que esperábamos de él, o por lo menos lo que nos creíamos autorizados a esperar" (p.37)

No obstante, nos recuerda que hay personas que se conforman con lo real, pero a costa de pasar por enfermos:

"sucede que algunos se satisfacen con el fruto que comen y le descubren a veces más gusto del que esperaba. Pero de ellos se dice que son inconscientes o enfermos". (p.38)

En resumen: creemos que el iluso es el cuerdo, y el que ve la realidad tal como es, es el loco, a pesar de la cita de Céline que encabeza el libro:

"Es cierto que hay mucha locura en ocuparse de algo que no sea lo que vemos". 


Clement Rosset, el profeta de lo real (Fernando Savater)

El descanso eterno del filósofo insomne (Rubén Amón)

Ha muerto Clement Rosset, el pensador terrorista (Eudald Espluga)

Rosset y la alegría (José Andrés Rojo)

Un filósofo indiscreto (José Andrés Rojo)

Rosset y Cioran (José Andrés Rojo)

Clement Rosset: El amor por lo singular (Santiago Espinosa)

Artículo de Le Monde




domingo, 8 de abril de 2018

La Utilidad de lo Inútil


Ordine, Nuccio. 2013. La Utilidad de lo Inútil. Acantilado (Decimooctava edición)

Siempre he creído en la importancia de hacer las cosas por el placer de hacerlas, sin estar angustiado por el objetivo final. Hay que disfrutar con el camino, y no estar constantemente pensando en la meta. Esta es la idea básica de este delicioso libro que reivindica la curiosidad, el saber, la investigación, la cultura, el arte y la actividad humana en sí mismos, sin necesidad de estar guiados por un sentido de la utilidad que las esclavice: "la mirada fija en el objetivo a alcanzar no permite ya entender la alegría de los pequeños gestos cotidianos ni descubrir la belleza que palpita en nuestras vidas" (p.16).

Un admirador de Montaigne ("no hay libro que pueda sacudir nuestra interioridad como los Ensayos" p.52), el autor hace un recorrido por los clásicos para constatar la importancia de despojarse de la necesidad de utilidad en el arte, en la literatura, en la filosofía, en la ciencia.

Porque el libro no se basa en la fácil distinción entre humanidades y ciencias, pudiéndose pensar que las primeras son inútiles y las segundas útiles. El ensayo de Abraham Flexer que se incluye al final de libro, incide en la importancia de que en las ciencias hay que permitir el desarrollo de una actividad lúdica, placentera y curiosa por encima de cualquier imposición utilitaria. En este ensayo se aportan excelentes ejemplos en la historia de la ciencia en la que se consiguieron objetivos que posteriormente fueron impresionantemente útiles, pero que nacieron de una actividad totalmente independiente de ese objetivo. Me ha recordado este ensayo al libro de Carl Sagan The Demon-Haunted World, ("Science is an astonishment and a delight" p.310), ya que en ambos se cita el caso de James Clerk Maxwell  (p.155) por sus estudios teóricos sobre electromagnetismo que luego han posibilitado la radio, la televisión o el radar (capítulo 23 del libro de Sagan, "Maxwell and the Nerds").

Es especialmente brillante la tercera parte: "Poseer mata", donde hay unos inolvidables párrafos dedicados al amor y la verdad, de los que destaco las siguientes líneas:

"El amor implica despojarse de toda pretensión de poseer certezas. Sólo el creer ayuda a vivir una relación fundada en el respeto y la tolerancia" (p.119)

 "Ninguna religión y ninguna filosofía podrán reivindicar nunca la posesión de una verdad absoluta, válida para todos los seres humanos. Porque creer que se posee la única y sola verdad significa sentirse con el deber de imponerla, también por la fuerza, por el bien de la humanidad... considerar la propia verdad como la única posible significa negar toda búsqueda de la verdad" (p.131)

Un manifiesto. en fin,  no sólo en contra del utilitarismo, el mercantilismo y el capitalismo ciegos, sino en contra de la intolerancia y el dogmatismo.

Reseña de EL PAIS