miércoles, 4 de diciembre de 2019

La Invención de Morel


Bioy Casares. 1940. La Invención de Morel. Editorial Losada.

¿Quién no ha revivido con nostalgia una época o un momento feliz al ver una fotografía o un video antiguo, cuyo poder evocador resucita a las personas que ha captado y vuelve a darles vida en nuestra imaginación? ¿Quién no ha recreado en su fantasía una escena a partir del poder mágico de las imágenes, que parecen recobrar vida propia como si fueran fantasmas animados? El sueño se compone básicamente de imágenes, y esa es también la materia prima del cine. Esa capacidad de nuestra mente de conceder realidad viva a lo que es una simple imagen es la base de La Invención de Morel.

Bioy Casares fue un visionario que con esta novela ya anticipó la hiperrealidad de la que tanto hablaría luego el postmodernismo y en especial Baudrillard, o toda la filosofía en torno al doble de Clement Rosset. El poder de la imagen, tanto en la fotografía como en el cine, para crear la fantasía del doble y generar fantasmas revolucionó el imaginario del hombre del siglo XX, como se explica en libros como El Cine y el Hombre Imaginario de Edgar Morin, en el que se menciona en varias ocasiones la novela de Bioy Casares: "El Invento de Morel nos propone el mito cinematográfico final: la absorción del hombre en un universo desdoblado para que la eternidad le salve" (p.47). En los años 40 estaba también en ciernes el invento de la holografía, muy relacionado con el argumento de esta novela. La holografía perfecta inventada por Morel/Bioy va más allá y sueña con alcanzar la eternidad incluyendo a la conciencia, de la misma forma que en los primeros tiempos de la fotografía se creía que las fotos de los muertos conservaban de alguna forma el alma de los mismos.

La novela, a pesar de su brevedad, contiene múltiples conexiones con temas universales y obras maestras de la literatura. Así, nos recuerda a Fausto, Frankenstein o El Doctor Jekyll y Mr Hyde por la búsqueda de la inmortalidad a costa de vender el alma y la cordura, por negarse a aceptar nuestra limitación humana. También tiene conexiones con El Retrato de Dorian Gray por la obsesión por la belleza y la obstinación por fijarla en el tiempo sin que se vea agredida por el paso del tiempo que la oxida y maltrata, aunque ello suponga un lucha angustiante contra la realidad, que siempre termina venciendo. Por supuesto, también tiene conexiones con las novelas y películas de ciencia ficción que crean una realidad paralela, virtual, que pretende escapar de las limitaciones de la  realidad verdadera, como Matrix. La novela también nos trae recuerdos de la novelas que transcurren en islas, el lugar perfecto para idear y crear un mundo nuevo y utópico diferente al mundo real que nos encadena (como por ejemplo, La Isla del Dr Moreau).

Sin duda, la novela también está relacionada con las novelas y películas de fantasmas, pues fantasmas son los que la pueblan, recordándonos especialmente a la película Los Otros por la angustia continua de no saber quiénes son los fantasmas, nosotros o los otros. De la misma forma, conecta con las historias en las que dudamos de nuestra propia locura, y no sabemos si los locos somos nosotros o los que nos rodean (como en Shutter Island, que también transcurre en una isla). Otra película con la que guarda relación es La Rosa Púrpura del Cairo, por fantasear con la posible vida propia de las imágenes y los personajes de las películas. Es también una novela de suspense, por lo que tiene de investigación y misterio, y en cierto modo kafkiana, por la claustrofobia y estupor que se siente al verse atrapado en una situación absurda e inverosímil que no tiene ni pies ni cabeza. Por otro lado, tiene conexiones con aquellas novelas y películas que juegan con el laberinto del tiempo y su retorno infinito, y la sensación de prisión en bucle constante que se repite como una pesadilla interminable (El Año Pasado en Marienbad).

Finalmente, es una historia de amor imposible, un amor platónico con todas las de la ley, en la que el empeño por eternizar la imagen del amado/a y su contemplación sin fin es superior al propio afán de supervivencia ("vivo sin vivir en mi, y tan alta vida espero que muero porque no muero"). El protagonista de la novela, enamorado irremisiblemente de una imagen espectral, reza por entrar alguna vez en el cielo de la conciencia de Faustine para poder ser salvado, de la misma forma que don Juan de Zorrilla es salvado por el espectro de doña Inés. Es impresionante que una novela tan corta pueda tocar tantos temas que nos conciernen; por ello quizás Borges la calificara de "perfecta".



Reseña (EL CULTURAL)

Reseña (LA MENTE ES MARAVILLOSA)

Para entender La invención de Morel

Bioy Casares y la percepción privilegiada del amor (CERVANTES VIRTUAL)

La invención de Morel: la renovación fantástica y la influencia del cine (CERVANTES VIRTUAL)


Hay dos versiones cinematográficas del libro: una versión francesa para la televisión de 1967 dirigida por Claude-Jean Bonnardot (https://www.dailymotion.com/video/x17uyyq) y una película italiana de Emidio Greco de 1974.  Se dice que la película El año pasado en Marienbad de Alain Resnais (1961) también está inspirada en la novela.


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