viernes, 27 de diciembre de 2019

El Mundo Feliz


Martín, Luisgé. 2018. El Mundo Feliz. Una Apología de la Vida Falsa. Anagrama.

Para el autor, la realidad es "un sumidero de mierda". La única forma de sobrevivir a ella es a través del engaño, lo que él llama la "suspensión voluntaria de la incredulidad". Es lo que hacemos cuando leemos una novela o vemos una película, el único mecanismo que nos evita enloquecer, pues la realidad es insoportable, y necesitamos dotarla de sentido y trascendencia: por ello inventamos la religión, la justicia, la belleza, la mística, la literatura, la posteridad, los sueños. El ser humano necesita soñar para escapar del sinsentido: "El hombre es un dios cuando sueña y un mendigo cuando reflexiona", citando a Hölderlin.

Partiendo de estas premisas y parafraseando a Camus en El Mito de Sísifo, la tesis del libro es la siguiente: el único problema políticamente serio es el suicidio colectivo como especie. No tenemos remedio, la naturaleza humana es imperfecta por definición, estamos condenados a la infelicidad. Hemos de emplear la ciencia y la tecnología para escapar de esta realidad impuesta, transformándola radicalmente. No debemos dejarnos atrapar por las ideas preconcebidas de libertad, igualdad, fraternidad, heroicidad, autenticidad, entrega; tenemos que liberarnos de una moral que nos encadena, y dar el salto a una realidad diferente que ya nos ofrece la tecnología. Martín nos propone abrazarnos sin complejos al transhumanismo y la realidad virtual. Para él, el Mundo Feliz de Huxley, Matrix, el San Junípero de Black Mirror (1)  no son distopías de las que debamos huir y escandalizarnos, sino que son precisamente la única salida posible.

Dejemos de querer estar atados románticamente a nuestra memoria; aceptemos la implantación de falsos recuerdos; dejémonos ayudar por la farmacología y la ingeniería genética. Demos la bienvenida al soma y a la singularidad, si podemos acabar así con el sufrimiento. Es mejor una servidumbre feliz que una libertad dolorosa. Modifiquemos los componentes defectuosos de nuestra imperfecta condición humana, dejemos de creer ingenuamente en la posibilidad de redención pues nuestra naturaleza no tiene remedio tal y como es. Somos infinitamente estúpidos, nuestra imbecilidad es absolutamente irremediable, nuestro egoísmo incorregible, nuestras contradicciones irresolubles. La religión, la literatura, el arte, son solo bálsamos pasajeros. "No nos salvan la inteligencia ni la educación. No nos salva tampoco la bondad, ni la honestidad, ni la lucidez ética. Tal ve lo único que puede salvarnos es la mentira, el engaño. Matrix. El mundo feliz de Huxley" (p.95).

Martín plantea lo opuesto de Vergely en La Destruction du Réel o Gabriel en Yo no soy Mi Cerebro o El Sentido del Pensamiento, que se manifiestan completamente contrarios al transhumanismo y la realidad virtual. Para Martín, en cambio, esa el la única salida. Todo lo demás es "ilusión: invención, ensueño, espejismo. Para poder volar sin que el sol derrita nuestras alas de cera es necesaria la mentira, la hechicería, la prestidigitación. Por eso las libertades falsas --si son perdurables en le tiempo-- son la únicas libertades posibles" (p. 114).  Siempre hemos estado creando mundo ilusorios, dejémonos llevar por esta última ilusión que nos liberará de nuestra naturaleza , pongámonos en manos del Big Data y los algoritmos. Sísifo nunca podrá ser feliz.  Vivamos en Matrix, la última ilusión.

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Reseña (TODO LITERATURA)

Rehusando el mundo feliz que propone Luisgé Martín (Mundiario) 

Las obras detrás del último ensayo de Luisgé Martín (Librotea)


(1) Capítulo de la serie Black Mirror (cuarto episodio de la tercera temporada)


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