domingo, 6 de octubre de 2019

Machines Like Me


MacEwan, Ian. 2019. Machines Like Me. Penguin Random House.

La última novela de McEwan nos sitúa en una ucronía: la Historia ha sido alterada de forma que vivimos en un presente totalmente diferente al actual, debido a cambios cruciales imaginados por el novelista. Ya hablamos sobre las ucronías al comentar la película de Tarantino Érase Una Vez en Hollywood. En ellas el autor siente el placer que da el poder cambiar el pasado y el presente a su antojo gracias a la ficción. Como nos dice McEwan en la misma novela, vivimos en uno solo de los mundos posibles, y somos libres de imaginar otros:

"The present is the frailest of improbable constructs. It could have been different. Any part of it, or all of it, could be otherwise. True of the smallest and largest concerns. How easy to conjure worlds in which my toenail had not turned against me; in which I was rich, living north of the Thames after one of my schemes had succeeded; in which Shakespeare had died in childhood and no one missed him..." (p.64)

En este caso, McEwan fabula con un presente en el que Alan Turing sigue vivo y ha conseguido hacer avanzar la inteligencia artificial a una velocidad mucho mayor que la actual, posibilitando la creación de robots con apariencia humana y una inteligencia y un lenguaje prácticamente indistinguibles de los humanos.

El tema de la inteligencia artificial nos ha atraído en otras ocasiones en estas páginas, tanto desde el punto de vista cinematográfico (Blade Runner) como filosófico (Homo Deus, La Destruction du Réel, El Sentido del Pensamiento), debido a sus implicaciones con respecto a la conciencia humana y nuestra percepción de la realidad. McEwan, que introduce temas científicos en todas sus novelas, utiliza en este caso la convivencia entre robots y humanos para reflexionar sobre la última frontera que diferencia a los humanos de los robos, que parece ser que no es la del lenguaje, sino la de la moral.

El libro comienza con una cita proveniente de un poema de Rudyard Kipling, 'The Secret of Machines', que enlaza con el título de la novela, que nos pone en la pista de la palabra central que ocasiona todos los problemas:

"But remember, please, the Law by which we live, 
We are not built to comprehend a lie..."

Lie, Mentira: ese es el principal escollo que imposibilita la convivencia entre humanos y máquinas. La capacidad de mentir y sobrevivir en un mundo plagado de mentiras es la última habilidad que nos diferencia de las máquinas. El propio Alan Turing, que en la novela ya ha superado lo que consideraba el principal obstáculo para superar la diferenciación hombre/máquina, el lenguaje (según el famoso test de Turing), reconoce que hay algo aún más difícil que eso: la aceptación de una moral basada en la mentira permanente que permite la convivencia y la supervivencia, personal y social:

"Social life teems with harmless or even helpful untruths. How do we separate them out? Who's going to write the algorithm for the little white lie that spares he blushes of a friend? Or the lie that send a rapist to prison who'd otherwise go free? We don't yet know hot to teach machines to lie. And what about revenge? Permissible sometimes, according to you, if you love the person who's exacting it. Never, according to your Adam" (p. 303).

El tema de la mentira ya ha sido tratado en estas páginas por su omnipresencia en la vida humana (El Cerebro nos Engaña, A Mind of Its Own, Breve Historia de la Mentira). El ser humano no se conforma con procesar la realidad tal y cual es; la distorsiona y la pone a su servicio, bien para conseguir una causa justa o para lograr objetivos ilícitos. Utiliza permanentemente la mentira consigo mismo y con los demás: consigo mismo para convencerse de que sus decisiones son justas y morales, con los demás para hacerles la vida más llevadera o más difícil, según se trate de amigos o enemigos. Esto no consiguen entenderlo ni Adam ni Eve ni ninguno de los cyborgs de la novela.

¿Cómo enfrentarse diariamente a la realidad sin esa habilidad? Vivimos en un mundo que no se adapta a nuestros deseos, una realidad obstinada y cruel en muchas ocasiones, que necesita de un talento especial para sobrevivir a ella sin terminar suicidándose. Ya lo dijo Camus: "No hay más que un problema filosófico verdaderamente serio: el suicidio. Juzgar si la vida vale o no vale la pena de vivirla es responder a la pregunta fundamental de la filosofía" (1). Así terminan las máquinas: o suicidándose o destruyéndose al chocar frontalmente con la realidad.

Esta guerra con la realidad la resume el propio Turing en la novela:

"We create a machine with intelligence and self-awareness and push it into an imperfect world. Devised along generally rational lines, well disposed to others, such a mind soon finds itself in a hurricane of contradictions. We've lived with them and the list wearies us. Millions dying of diseases we know how to cure. Millions living in poverty when there's enough to go around. We degrade the biosphere when we know it's our only home. We threaten each other with nuclear weapons when we know where it could lead. We love living things but we permit a mass extinction of species. And all the rest -- genocide, torture, enslavement, domestic murder, child abuse, school shootings, rape and scores of daily outrages. We live alongside this torment and aren't amazed when we still find happiness, even love. Artificial minds are not so well defended. The other day, Thomas reminded me of the famous Latin tag from Virgil's Aeneid. Sunt lacrimae rerum -- there are tears in the nature of things. None of us yet know how to encode that perception. I doubt that's possible" (p.180).

¿Cómo enseñar a las máquinas a mirar para otro lado cuando ven una injusticia o se enfrentan al horror, a mentirse a sí mismas para soportar la realidad, a utilizar la mentira para conseguir objetivos y fines? Según la novela de McEwan esa es la última frontera para conseguir máquinas que sean como nosotros, capaces de sobrevivir a la realidad más feroz:

"There is nothing in all their beautiful code that could prepare Adam and Eve for Auschwitz" (p.181).

Falsear la realidad, jugar con ella para amoldarla a nuestros deseos y necesidades, pues, es lo que nos hace humanos.

_____________________________________________________

(1) Camus, A. 2012. El Mito de Sísifo. Alianza Editorial.


Review (THE GUARDIAN)

Review 2 (THE GUARDIAN)

Review (THE NY TIMES)

Entrevista (EL CULTURAL)



No hay comentarios:

Publicar un comentario