martes, 29 de junio de 2021

Los Jueves, Milagro

 


García Berlanga, Luis. 1957. Los Jueves, Milagro

Se cumple este año el centenario del nacimiento de Berlanga. Todas sus películas merecen ser revisadas, pero aquí le homenajearemos con ésta, por tratar el tema de los milagros, que ya hemos visto en otras películas como Milagro en Milán y La Canción de Bernadette. En las tres aparece, tratada de formas muy diversas,  la necesidad humana de creer en lo sobrenatural, en algo que nos consuele de la realidad. En este caso, las fuerzas vivas de Fuentecilla se confabulan para hacer creer que se ha producido un milagro en el pueblo para sacarlo de su estancamiento económico y llevan a cabo su plan con más o menos éxito, hasta que finalmente se deciden a dar a conocer su mentira. Pero un extraño que aparece en el pueblo, con dotes de comercial "vendehúmos" y aires de mago de barrio, hace renacer la fe en todos. Nadie en el pueblo quiere creerse que todo fue una gran engañifa. Entonces los milagros comienzan a producirse de verdad: tan solo hace falta una verdadera fe en ellos. 

Da igual quién es finalmente el extraño, si un farsante (como prefiero creer yo) o el verdadero San Dimas (según el final del guion que obligó a colocar la censura de la época). ¿Qué más da? Lo importante es que la gente se lo cree, prefiere tener fe en ello y vivir en esa creencia antes que darle al asunto una explicación racional o investigar lo ocurrido. Es la fe, el hambre de irrealidad, la esperanza, la utopía, la solución a todos los problemas, la ilusión de que todo es posible; esa es la fuerza que arrastra a un pueblo entero a ver lo que no existe, la que mueve montañas. 

Berlanga escuchó la noticia del milagro que se produjo unos años antes en el pueblo valenciano de Cuevas de Vinromá, donde se apareció la Virgen y se organizaron peregrinaciones de miles de personas a ver unas "lucecitas" (1). Raquel Roca, la niña a la que se apareció la Virgen, se convirtió en una nueva Bernadette. Por lo visto, el milagro se produjo después de que la criatura viera la película sobre el milagro de Lourdes, lo cual seguramente la puso en trance. Esta fue la inspiración para Berlanga, que ya había tratado el tema de la increíble capacidad para ilusionarse de todo un pueblo en Bienvenido Mister Marshall.  

Qué ser tan frágil, crédulo y digno de compasión es el ser humano, tan fácil de ilusionarse y engañarse. La procesión / manifestación del pueblo de Fuentecilla corriendo hacia la fuente milagrosa para recoger agua, y posteriormente llevándola a las casas para que se produzcan las sanaciones, es una escena para ver una y otra vez y quedarse perplejo ante la condición y la naturaleza humana: así corremos siempre, en pos de una ilusión, de un milagro. Como dijo Paul Valery: "¿qué sería de nosotros sin aquello que no existe?"


"Es más fácil engañar a la gente que convencerlos de que han sido engañados"

Mark Twain


(1) Gómez Rufo. 1990. Berlanga. Contra el Poder y la Gloria. Ediciones Temas de Hoy (p. 261) 

Análisis (ENCADENADOS)

Análisis (LA MADRAZA)




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