martes, 17 de noviembre de 2020

Un Autobús Verde Sale de Alepo

 

Dost, Jan. 2020. Un Autobús Verde Sale de Alepo. Ediciones del Oriente y del Mediterráneo. 

He recordado a Pedro Páramo leyendo este libro, traducción del original escrito en sirio. Es tan habitual la muerte en Alepo a finales de 2016 que ya es imposible distinguir los vivos de los muertos, como en Comala. El mismo protagonista duda de su propia existencia. 

"¿Dónde estoy? ¿Cómo hemos pasado de una autobús lleno de desplazados de Alepo, combatientes y civiles, a un autobús que tan solo transporta a mi familia? ¿He muerto yo también? ¿Han vuelto Maysún y Nazli a la vida? ¿Subieron a la vez que yo, y no me di ni cuenta? ¿Esto es real o se trata de una pesadilla? ¿Es una alucinación de las que he tenido los últimos días en Alepo?¿Una ilusión?" (p. 127)

El anciano Abu Leila lleva encima tanto sufrimiento debido a la guerra de Siria que ha perdido la noción de la realidad. Es tan fuerte el desgarro por la pérdida de todos sus seres queridos que habla con ellos en su imaginación poblada de fantasmas. No hay otra salida ante tanta crueldad que la pérdida de la cordura y la entrada en un mundo de ultratumba en el que los muertos siguen aferrándose a la vida a través del espanto de sus historias, que quieren seguir contando indefinidamente. Como Pedro Páramo en Comala, Abu Leila los escucha con una mezcla de compasión, horror y aturdimiento, enajenado por no saber con claridad el terreno que pisa. La guerra conduce a la realidad más terrible, imposible de aceptar. El anciano permanece sentado en uno de los autobuses verdes que el régimen de Al Asad utiliza para evacuar a los rebeldes tras la caída de Alepo, que se ha convertido en un inmenso cementerio derruido. Mira tras los cristales sin estar seguro de si el autobús que lo transporta es quizá su propio féretro. 

 Entrevista (EL MUNDO)


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