miércoles, 22 de enero de 2020

Pedro Páramo



Rulfo, Juan. 1986. Pedro Páramo y El Llano en LLamas. Círculo de Lectores (Introducción de Juan Cueto)



Rulfo, Juan. 1989. Pedro Páramo. Cátedra (Edición de José Carlos González Boixo)
(Publicada originariamente en 1959)

Nos adentramos con esta novela en puras arenas movedizas donde la frontera de la realidad y la irrealidad han desaparecido por completo. Es el territorio conocido como "realismo mágico", que en este caso alcanza una obra cumbre difícilmente superable. Ni el narrador ni los lectores estamos nunca totalmente seguros de donde nos hallamos, si frente a la realidad más cruda y cegadora o la irrealidad más alucinada y oscura. El pueblo que visita Juan Preciado, el narrador inicial, para encontrar a su padre, el cacique Pedro Páramo, es un pueblo fantasma habitado por espectros. Poco a poco y de forma inquietante, nos vamos dando cuenta de que somos testigos de una narración desde el otro mundo, pues el mismo narrador también está muerto, aunque él no es consciente de ello hasta más adelante:

"No había aire. Tuve que sorber el mismo aire que salía de mi boca, deteniéndolo con las manos antes de que se fuera. Lo sentía ir y venir, cada vez menos; hasta que se hizo tan delgado que se filtró entre mis dedos para siempre" (p.49).

A Juan lo mueve la última voluntad de su madre y la ilusión de conocer a su padre, una ilusión que se topa con una atroz realidad:

"Comencé a sentir que que se me acercaba y daba vueltas a mi alrededor aquel bisbiseo apretado como un enjambre, hasta que alcancé a distinguir unas palabras casi vacías de ruido: "Ruega a Dios por nosotros." Eso oí que me decían. Entonces se me heló el alma. Por eso es que ustedes me encontraron muerto. 
-- Mejor no hubieras salido de tu tierra, ¿Qué viniste a hacer aquí? 
-- Ya te lo dije en un principio. Vine a buscar a Pedro Páramo, que según parece fue mi padre. Me trajo la ilusión. 
-- ¿La ilusión? Eso cuesta caro. A mí me costó vivir más de lo debido. Pagué con eso la deuda de encontrar a mi hijo, que no fue, por decirlo así, sino una ilusión más; porque nunca tuve ningún hijo" (p.51) 

Los muertos se envían saludos y conversan unos con otros mientras dan a conocer a Juan Preciado la desolación impuesta por la violencia y la sinrazón a la que se vieron sometidos por su padre. Los ecos y lamentos de los muertos son las voces que continúan reverberando, negándose a desaparecer, anidados entre las abandonadas paredes y los escombros del sufrimiento y el rencor. Juan se ve envuelto por un coro de almas en pena que sobreviven en una segunda realidad, prendida en la tierra como un olor imposible de diluir, una hedor de muerte agarrado a la hierba y al adobe.

La realidad es tan cruel, que las personas no se ven libres de ella ni después de muertas, quedándose adherida en sus huesos alimentada por un sufrimiento eterno. La novela recrea de forma magistral la espantosa idea del Purgatorio, creada por la Iglesia Católica y que ya visitó el Dante, una idea sado-masoquista que ha alimentado el sufrimiento de los seres humanos durante siglos creando una segunda realidad aún más claustrofóbica que la primera, pues no tiene ni siquiera la consolación del descanso de la muerte. Por si el sufrimiento no fuera poco en este mundo, el ser humano se inventa un doble donde el dolor continúa sin fecha de caducidad. La novela recrea magistralmente esa creencia, y por algo nace en el seno de la sociedad mexicana, una de las sociedades más acostumbradas a vivir en esa segunda realidad tanto como en la primera. El culto al mundo de los muertos en México viene de más antiguo y está enraizado en sus culturas precolombinas. No es de extrañar que la creencia en ese mundo sea más fuerte en una sociedad tan visitada por la violencia, especialmente la violencia contra las mujeres, las grandes víctimas de Pedro Páramo.

Juan Preciado llega buscando una ilusión y se encuentra con algo peor que la realidad: un espejo deformado de la misma donde el sufrimiento continúa vivo durante toda la eternidad. ¿Acaso no podría volver a escribirse Pedro Páramo basándose en las noticias diarias que nos ofrece la actualidad de México y de nuestro propio país? Desgraciadamente, decenas de nuevas ánimas se unen cada día al Purgatorio. Pedro Páramo continúa más vivo que nunca.


La voces de las silenciadas. Feminicidios en México: una lacra que pervive (EL PAÍS)

Entrevista a Juan Rulfo donde lee el fragmento 25 de Pedro Páramo

Entrevista a Juan Rulfo en A Fondo (Soler Serrano, 1977)


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