domingo, 22 de septiembre de 2019

The Memory Illusion


Shaw, Julia. 2016. The Memory Illusion. Remembering, Forgetting and the Science of False Memory. Random House.

Otro libro más en la línea de A Mind of Its Own de Cordelia Fine, Incógnito de David Eagleman o El Cerebro nos Engaña de Francisco Rubia, que nos hace conscientes de las limitaciones de nuestro cerebro para ver la realidad tal cual es y de su habilidad para crear una realidad alternativa. En este caso, la ilusión se centra en los laberintos de la memoria y los falsos recuerdos. Creemos recordar la realidad tal cual es, pero es muy conveniente estar prevenidos acerca de la gran cantidad de recuerdos que creemos verdaderos pero que han sido creados, embellecidos, reconstruidos o falseados.

La película Blade Runner, nos hizo reflexionar, a propósito del vértigo existencial que sienten los replicantes cuando son advertidos de la falsedad de sus recuerdos, sobre la importancia de nuestros recuerdos a la hora de construir nuestra identidad y percibir la realidad. A partir de aquella reflexión dimos con este libro que analiza pormenorizadamente las ilusiones de la memoria. La autora se denomina a sí misma una "memory hacker", por los experimentos realizados que demuestran que no solo modificamos inconscientemente nuestros recuerdos, sino que podemos ser víctimas de agentes externos que los modifiquen de forma intencional, que es lo más preocupante. "I have convinced people they have committed crimes that never occurred, suffered from a physical injury they never had. or were attacked by a dog when no such attack ever took place" (introduction p. xiv). 

Julia Shaw habla de las memorias "imposibles" que creemos tener procedentes de nuestra infancia y que provienen en realidad de fotografías o relatos de nuestros padres. También se analizan los recuerdos generados por una falsa percepción, ya que tendemos a filtrar la realidad a través de esquemas previos e ideas preconcebidas. Los estados de ánimo, los niveles de estrés y excitación también son claves para distorsionar los recuerdos. La falsificación de recuerdos es especialmente activa con respecto a la temporalización, rapidez o ralentización de la realidad. Es posible que los recuerdos sean inicialmente correctos, pero cada vez que los rememoramos, son proclives a ser modificados. Se citan experimentos realizados con animales que demuestran que la manipulación química llevada a acabo en el momento de instaurar el recuerdo o de rememorarlo, también puede contribuir a la falsificación de los mismos. Una de las razones por las que es posible manipular los recuerdos es porque estos se almacenan en múltiples lugares y atendiendo a múltiples factores (emocionales, lingüísticos, visuales, acústicos, etc) y a la hora de recordar, todos esos factores pueden ser recombinados de formas muy diversas.

Un capítulo está dedicado a las personas con una memoria autobiográfica excepcional (HSAMs), a los que tienen una increíble memoria fotográfica o al caso particular de los autistas. En todos los casos tener una memoria fuera de lo común es más bien un problema y no una bendición: "forgetting is probably one of the most important things the brains will do" (p.102). La bendición es, en muchos casos, el olvido.

La atención tiene una importancia clave en la memoria. La autora descarta todo aprendizaje llevado a cabo durante el sueño o por hipnosis, pero sí concede importancia a aquellos recuerdos adquiridos de forma subliminal, fuera del foco de la atención consciente. El sueño sí tiene un papel crucial a la hora de consolidar y reforzar la memoria.

Un asunto al que Julia Shaw dedica gran parte del libro es a la memoria de los testigos. Pone en tela de juicio la fiabilidad de la memoria para recordar rostros y acontecimientos delictivos, que ha causado y sigue causando que muchos inocentes terminen en la cárcel. También demuestra como el compartir nuestros recuerdos con otros, y ponerse en la tarea de rememorar a la vez, es una potente fuente de distorsiones. Verbalizar nuestros recuerdos también contribuye a su falseamiento, ya que el lenguaje modifica necesariamente la realidad. De la misma forma, la visión de fotografías es otro agente activo en la creación de falsos recuerdos. Pero es que además los falsos recuerdos se pueden instaurar artificialmente desde fuera. La autora explica el experimento en el que indujo a varias personas a creer que habían perpetrado delitos que jamás habían cometido.

Especialmente interesante por su actualidad es el capítulo dedicado las redes sociales. El hecho de que estamos permanentemente proyectando nuestras memorias en las redes, colgando fotos e historias que no coinciden exactamente con la realidad, va construyendo una segunda realidad que termina por ocupar el lugar de la verdadera en nuestra memoria colectiva. Cualquier evento en el que participamos es inmediatamente compartido, y finalmente no sabemos qué fue lo que realmente vivimos nosotros y qué fue los que vivieron los demás, pues todo se mezcla. "The distinction between public memory and private memory ...has been blurred to the point of erasure" (p.197). "Transactive memories, like our online interactions, are memories that are collectively formed, updated, and perhaps most importantly of all, stored" (p.203). El hecho de estar realizando varias tareas mientras estamos con el móvil o de saber que toda la información está disponible en Google, también está alterando de forma aún no evaluada por completo la manera en que memorizamos, falseamos y accedemos a los recuerdos.

El capítulo dedicado a los acontecimientos ocurridos en Massachusetts en 1984 sobre abusos sexuales nos hace conscientes de los peligros de las técnicas de regresión e hipnosis a la hora de intentar sacar a la luz recuerdos que supuestamente están reprimidos. Julia Shaw está totalmente en contra de Freud y sus teorías, que denomina pseudocientíficas, acerca de los recuerdos de abusos sexuales sufridos en la infancia y ocultos en nuestro inconsciente y la terapia de regresión que supuestamente los libera. Según Julia Shaw y otros investigadores como Elizabeth Loftus, realmente esta terapia crea las condiciones ideales para la generación de falsos recuerdos, que pueden generar situaciones de histeria colectiva parecidas a la famosa caza de brujas de Salem, Massachusetts de 1692 y 1693. "What we do argue is that suggestive and leading interview techniques can lead to the false recall of terrible things" (p.235). Amenábar realizó en 2015 la película Regression basándose en estos sucesos reales, en los que todo un país llegó a creerse una ilusión colectiva basándose en falsos recuerdos obtenidos a partir de la terapia de la regresión (ver trailer abajo).

Ser conscientes de todas estas ilusiones de la memoria nos puede ayudar a no caer en las trampas que nos tienden los falsos recuerdos, a ser más comprensivos y compasivos con aquellos a los que quizás hemos juzgado como mentirosos y a ser especialmente cauteloso con todo lo relacionado con la memoria de testigos. Además, nos ayuda a poner más énfasis en nuestro presente y diluir un poco la importancia a veces excesiva y solidificada que damos a nuestro pasado.

Finalmente, podemos preguntarnos: ¿cuál es el beneficio de tener una memoria tan flexible y difusa? Quizás su beneficio reside en que su versatilidad permite la creatividad y la posibilidad de elegir aquella versión de lo ocurrido que más se aviene a lo que nos conviene. Si no pudiéramos modificar nuestros recuerdos, seriamos esclavos de la realidad y no habría ninguna rendija por donde escapar de la cárcel de la verdad cuando ésta nos atormenta. "This introduces a flexible creativity into reality...we can actively weave the life we want in ways that maximise our happiness and the happiness of those around us. It allows us to treat life with a sense of magical realism, as a 'paint by numbers' of reality" (p. 253). Es decir, la evolución ha premiado una memoria engañosa porque ésta nos permite cambiar la realidad cuando así nos interesa desde el punto de vista de nuestra supervivencia.



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