domingo, 7 de julio de 2019

La Ciudad y los Perros




Vargas Llosa, M. 2012. La Ciudad y los Perros. Alfaguara. (Edición conmemorativa de la primera edición en 1962)

La primera novela de Vargas Llosa se ha convertido en un clásico que sigue tan vivo como el primer día en que se publicó ya hace casi 60 años. En 2012 apareció una edición conmemorativa de la RAE, y el libro me ha vuelto a la memoria gracias al reciente estreno de un documental llamado Mario y los Perros, dedicado a los inicios de la carrera del escritor y la gestación de la novela (ver abajo).

La novela es una obra maestra del realismo más agudo, pues intenta reflejar la realidad de aquellos años en la sociedad peruana, en concreto dentro de un colegio militar donde entraban a formar parte de su alumnado todas las clases sociales, desde hijos de burgueses hasta los becados provenientes de los estratos más bajos de la sociedad. Pero a pesar de ser localista, es absolutamente universal por varias razones.

En primer lugar, atrapa la realidad de la vida del ejército, una institución similar en casi todos los países del mundo, caracterizada por su jerarquía, disciplina, aparente orden superficial pero con un mar de fondo de violencia, crueldad y ausencia de libertad y humanidad. Esta realidad tan bien retratada en el cine antibélico por películas como Johnny Cogió su Fusil, Senderos de Gloria,  o Full Metal Jacket (por citar tres grandes) es la base de la novela, que impregna de esa atmósfera hostil, claustrofóbica y asfixiante a cada uno de los personajes.

Por otro lado, está el estudio de las relaciones entre los adolescentes en un colegio interno, independientemente de su vínculo militar, en el que la institución vela por mantener las apariencias de una moralidad, orden y disciplina que choca frontalmente con la rebeldía y fuego hormonal y violento de los jóvenes varones de esas edades. Esa violencia se transmite de arriba abajo, de forma que es el último eslabón de la cadena, los últimos que llegan, es decir, los perros, los que la sufren de forma más despiadada. Esta cadena de violencia se ha vivido de forma universal también en facultades, escuelas, internados y colegios privados, sobre todo religiosos.

Pero aparte de todo esto, lo que hace de La Ciudad y los Perros una obra maestra es la estructura que evita un solo narrador omnisciente para relatar la realidad desde múltiples puntos de vista. Ya hemos visto en estas páginas otras novelas de este tipo, como Crematorio o Sur, pues es una técnica que ya se ha hecho universal y común. Pero hace sesenta años fue todo un descubrimiento. Vargas Llosa siguió los pasos de Faulkner principalmente, en novelas como The Sound and the Fury o As I Lay Dying, donde asistimos a la descripción de una realidad poliédrica y de múltiples caras, narrada desde perspectivas diferentes y a veces contrapuestas. Así es la realidad, no es unívoca, y por eso Vargas Llosa habla a través de diferentes voces: el Poeta, el Esclavo, el Boa, el teniente Gamboa y el Jaguar, teniendo además el atrevimiento de dejar a uno de ellos sin identificar y sin revelar su identidad hasta el final de la novela.

Finalmente, la principal virtud de la novela que permite ser leída como si fuera la primera vez de generación en generación es su ambigüedad con respecto al hecho central de la historia. Ha pasado más de medio siglo y el enigma sigue sin aclararse  (y lo seguirá por siempre): cada lector nuevo tendrá que resolver por sí mismo el dilema de quién fue verdaderamente el asesino del Esclavo, o incluso si fue realmente asesinado. Vargas Llosa tuvo la genialidad de dejar esa puerta abierta, para que la literatura, al igual que la realidad, ofrezca múltiples interpretaciones.

Es memorable la cita de Jean Paul Sartre con la que Vargas Llosa encabeza el libro:

"On joue les héros parce qu’on est lâche et les saints parce qu’on est méchant; on joue les assassins parce qu’on meurt d’envie de tuer son prochain, on joue parce qu’on est menteur de naissance".

"Jugamos a ser héroes porque somos cobardes y a ser santos porque somos malvados; jugamos a ser asesinos porque nos morimos de ganas de matar al prójimo, jugamos porque somos mentirosos de nacimiento".


Presentación del documental Mario y los Perros (EL MUNDO)

¿Dónde está Vargas LLosa? A propósito de La Ciudad y los Perros

Presentación de La Ciudad y los Perros (Edición conmemorativa)

La Ciudad y los Perros (Biografía de una novela) (BLOG)

Enlace a la película de Francisco J. Lombardi


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