domingo, 8 de julio de 2018

Habitaciones de Soledad y Miedo


Romero, V. 2016. Habitaciones de Soledad y Miedo. Akal.

La filosofía, la literatura, el cine pueden ser instrumentos de aproximación a la realidad. Pero sin duda el medio más directo para acercarse a ella es el periodismo de campo, el del reportero. Este libro es un monumento del periodismo, un baño de realidad. En una época en la que peligra una profesión tan fundamental para la búsqueda de la verdad, una época dominada por la distorsión permanente de la realidad, en la que las redes sociales han sustituido al periodismo serio y comprometido, la lectura de un libro como este es un regalo.

Vicente Romero nos invita a recorrer con él las habitaciones de hoteles donde se ha alojado a lo largo de su vida profesional para ejercer su oficio de reportero: Mozambique, Siria, Kosovo, Chad, Iraq, Tanzania, Guinea Conakry, Sierra Leona, Bosnia, Somalia, Chechenia, Argelia, Ruanda, Zaire, Colombia, Vietnam, Camboya, Uganda, República Centroafricana, Guatemala, Paraguay, Sudán, Kenia, Tíbet, Haití, Argentina, Chile, Nicaragua, Filipinas, Singapur, Kenia, USA (Las Vegas y Nueva York), Angola, Congo, Etiopía, Guatemala, El Salvador, Liberia, Rusia (Moscú), Perú, Hong Kong, Afganistán, Guantánamo...

La introducción es un ejercicio de honestidad y sinceridad, de humildad ante el vértigo de la realidad:

"El único estado de lucidez posible es la perplejidad... La realidad puede ser tan contradictoria que resulte incomprensible. Los instantes que de ella percibimos y describimos los periodistas sobre el terreno suelen reducirse a aproximaciones fragmentarias e imágenes desenfocadas... siempre intuí que era imposible "entender el mundo" cuyos acontecimientos puntuales tenía que explicar en mis crónicas... la vida --nuestra realidad inmediata, sigue inalterada e inalterable después de haber resido o llorado frente a la pantalla... la continua sensación de impotencia intelectual conduce a un territorio vecino de la bipolaridad o la esquizofrenia... tal ves, simplemente, haya que admitir la "inevitabilidad del absurdo" y aplicar una cierta "lógica de la locura" al trabajo de contar la realidad" (pp.7,8,9).

Quizás, como le pasa a Don Quijote, sean la perplejidad y la locura las única salidas ante la dificultad para aceptar y digerir la realidad, ante el reconocimiento de la impotencia al que conduce la lucidez.
Los únicos que no se dejan vencer por la impotencia son los misioneros a los que llama ángeles , y sus misiones los únicos lugares donde encontrar algo de humanidad entre tanta sufrimiento: "Sé desde hace tiempo que los milagros no existen. Y que los hacen los hombres, a fuerza de tesón. Después del misterio de los Reyes Magos, a los niños habría que revelarles que los ángeles son los hombres" (p.124).  "Incluso para un viejo agnóstico como yo, algunos relatos (de estos misioneros) son infalibles medicamentos para el ánimo" (p. 64).

En cambio, las ONGS internacionales no salen bien paradas en el libro: "Frente a los esfuerzo de la Cruz Roja local, la desidia de CICR y de ACNUR se traducía en que los refugiados fueran tratados como ganado, sin recibir apenas información sobre su destino y sometidos a un trato vejatorio" (p.69). "La negligencia de los funcionarios de ACNUR, que ni siquiera censaron a los refugiados, se sumó en Zaire a la complicidad de la tiranía de Mobutu" (p.166). "Esa inseguridad era la razón de fuerza mayor con que ACNUR justificaba que ninguno de sus funcionarios se desplazara hasta la frontera para recibir a los refugiados... ¡menos mal que los bomberos no dicen lo mismo cuando hay un incendio!" (pp. 294-5).

Vicente Romero tampoco permanece complaciente ante el que es, según él, el verdadero objetivo de la ayuda humanitaria: "La verdad imposible de reconocer es que la ayuda alimentaria internacional nunca ha pretendido acabar con el hambre en el mundo, sino tan solo evitar que los hambrientos lleguen a morirse...su objetivo es evitar escándalos que evidencien la absoluta desigualdad del reparto mundial de la riqueza" (p.433).

¿Cómo quedarse quieto ante la presencia de la realidad? Vicente Romero asegura que cuando la realidad explota ante los ojos, es imposible la objetividad. "¿Quién es ese personaje siniestro y frío, incapaz de conmoverse ni de sentir la necesidad de intervenir en auxilio de un ser indefenso, y que apunta con detalle los hechos atroces que presencia? Se trata de un periodista en ejercicio de sus funciones pero gravemente afectado por el "síndrome de de la objetividad informativa""(p.193) " Los hechos han de contarse con palabras que reflejen la rabia, la impotencia, la solidaridad del ser humano que ejerce el periodismo. La objetividad implica complicidad y cobardía" (p. 194)

El autor hace suyas las palabras de Ziegler: "La primera tarea del hombre de Occidente, heredero de los principios de solidaridad internacional y de ayuda entre los pueblos, es conservar el sentido del horror" (p. 492). El horror, el horror del corazón de las tinieblas.

"Bertold Bretch describió así su propia perplejidad: 
"Me dicen: "¡Come y bebe, goza de cuanto tienes!
pero, ¿como puedo comer y beber
si al hambriento le quito lo que como 
y al sediento le falta mi vaso de agua? 
Sin embargo, como y bebo"  (p.8)

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Libros citados por Vicente Romero que merecen ser leídos:
El Hambre en el Mundo Explicada a mi Hijo (Jean Ziegler)
Ante el Dolor de los Demás (Susan Sontag)
El héroe Inexistente (Ramón Lobo)
La Resistencia (Ernesto Sábato)
Cambiar el Mundo sin Tomar el Poder (John Halloway)
Nadie es Neutral en un Tren en Marcha (Howard Zinn)


Reseña de la editorial

Artículo de Vicente Romero sobre su libro

Página web de Vicente Romero

Las tinieblas del poder 

El orden criminal del mundo


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