miércoles, 17 de marzo de 2021

Nada

 


Laforet, Carmen. 2004. Nada. EL PAÍS (Clásicos Españoles) 

Hace 75 años que Carmen Laforet escribió esta novela, y hace mucho tiempo que quería leerla. Me ha sobrecogido y no comprendo cómo pudo escribir con tal maestría con sólo 23 años. Es un documento imprescindible acerca de la sombra negra que lo ensuciaba todo en la España de posguerra y la forma en que carcomía la vida de los que sobrevivieron a la desgracia. La novela habla de las ilusiones perdidas, los sueños rotos, las relaciones agriadas por la ausencia de esperanza, el maltrato recíproco, la desconfianza anidada en los corazones, la violencia incrustada en las familias. 

Una mujer joven quiere abrirse paso en ese bosque oscuro poblado de fantasmas, en el momento en el que su vida se supone que es un libro en blanco por escribir con anhelos e ideales, entusiasmada por el espejismo que le ofrecía la llegada a una gran ciudad como Barcelona, donde va a estudiar mientras se aloja en la casa de unos parientes.  

"El olor especial, el gran rumor de la gente, las luces siempre tristes, tenían para mí un gran encanto, ya que envolvía todas mis impresiones en la maravilla de haber llegado por fin a una ciudad grande, adorada en mis ensueños por desconocida" (p.23). 

"Sin abrir los ojos sentí otra vez una oleada venturosa y cálida. Estaba en Barcelona. Había amontonado demasiados sueños sobre este hecho concreto para no parecerme un milagro aquel primer rumor de la ciudad diciéndome tan claro que era una realidad tan verdadera como mi cuerpo..." (p.31) 

La realidad de un país oscuro y triste, de almas rotas, se interpone ante todos esos sueños de juventud. Andrea, la protagonista, se hace mayor en solo un año, el tiempo en el que transcurre la novela, y al despedirse de la casa donde ha estado viviendo, lleva una maleta muy diferente a la que trajo. 

"Bajé las escaleras, despacio. Sentía una viva emoción. Recordaba la terrible esperanza, el anhelo de vida con que las había subido por primera vez. Me marchaba ahora sin haber conocido nada de lo que confusamente esperaba: la vida en su plenitud, la alegría, el interés profundo, el amor. De la casa de la calle de Aribau no me llevaba nada. Al menos, así creía yo entonces" (p.286). 


Carmen Laforet, Nada es demasiado  (LA VANGUARDIA)

Nada, una extraordinaria novela para releer el Día de la Mujer (CADENA SER)

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