lunes, 27 de agosto de 2018

Pinocho


Disney, W. 1940. Pinocho.

He elegido esta película entre todas las de la factoría Disney porque representa a la perfección la idea central de la marca: "cree en tus ilusiones y deseos con fuerza y con fe, porque si lo haces, se harán realidad". Una creencia que, una vez instaurada en la infancia, puede llegar a ser muy peligrosa para la salud mental si continúa durante la edad adulta.

Pinocho no funcionó muy bien al principio, pero llegó a convertirse en uno de los buques insignia de la compañía Disney. Su canción When you wish upon a star se consolidó como el tema musical de la compañía: al entrar en Disneyland, es la música que te recibe y te envuelve para darte la bienvenida al mundo de la ilusión, pues su mensaje principal es que allí todos tus deseos se harán realidad. Así son ya algunas ciudades en Estados Unidos, una especie de Disneylandia pulcra, con césped perfecto e hilo musical, como por ejemplo Celebration, la ciudad ideal (1). Aquí, no hay sueño inalcanzable, como en la propia película Pinocho, que comienza con el viejo Geppetto, que tras fabricar un muñeco de madera, le pide a una estrella un deseo imposible: que el muñeco cobre vida y se convierta en un niño de verdad. Y finalmente esa ilusión se hace realidad, porque no hay deseo, por extremo que sea, que no pueda cumplirse, si lo pides con la suficiente fuerza, según dice la canción:



When you wish upon a star
Makes no difference who you are
Anything your heart desires
Will come to you
If your heart is in your dream
No request is too extreme
When you wish upon a star
As dreamers do 
Fate is kind
She brings to those to love
The sweet fulfillment of
Their secret longing
Like a bolt out of the blue
Fate steps in and sees you through
When you wish upon a star
Your dreams come true




Si en la nocturnal quietud
ves brillar la estrella azul
todo lo que pidas se realizará.
Si es muy grande tu ilusión
pídela de corazón
y la estrella te sabrá así escuchar.
Al seguir tu sino volverán
las horas que hablarán de tiempos idos.
En un rayo de ilusión
viene a ti la estrella azul
lo que pidas al soñar lo hará su luz.


Pero el Pinocho de Disney tiene poco que ver con el Pinocho original, de Collodi, que reflejaba "un mundo satírico, divertido, con un realismo de buen cuño, con un niño de carne y hueso vestido con su ropaje de madera"(2). Al Pinocho original "lo anima un hombrecillo de madera, que vive en un mundo de pobres y de ricos, de amargura y de belleza, en una palabra, en el mundo real. El irreal hombrecillo no está elegido aquí para encarnar un poético mundo de ensueño, como Peter Pan. Por el contrario, es el símbolo del ingenio y de la saludable razón humana y un medio popular e infantil para revestir un relato, sacado de un mundo próximo a la realidad, con un argumento cordial" (3).

En la historia original, en ningún momento se menciona ese deseo de Gepetto de que Pinocho se haga un niño de verdad, ni tampoco esa conversión final estuvo originalmente en la mente del autor, que en una primera versión terminó incluso ahorcando al muñeco. Es cierto que Collodi se vio obligado a resucitarlo por exigencias editoriales y la obra continuó en una segunda parte que sí termina con el muñeco convirtiéndose en niño de verdad (final repentino que parece ser fue impuesto por el editor, que quiso colocar moraleja final). Esta metamorfosis final, de cualquier forma, no aparece en ningún momento previo ni como algo anticipado ni deseado. Gepetto, a lo largo de toda la narración, siempre ama a su muñeco de madera tal cual es, es decir, de madera, y de la misma forma es querido por los lectores. Para Rafael Sánchez Ferlosio, "Pinocho sigue siendo aceptado, acogido, celebrado y amado entre nosotros, en toda su diferencia y singularidad, en toda su auténtica identidad de verdadero niño de madera" (4). Sólo al final, en el último capítulo, ocurre el "milagro", pero sin haber sido nunca deseado previamente.

Disney le dio la vuelta al cuento, y convirtió la historia del deseo hecho realidad en el tema principal de la película. Por encima de la moralidad del cuento, lo que caracteriza a la versión Disney es ese deseo de Gepetto, un adulto, de que Pinocho no sea de madera, sino de verdad. Así comienza y termina la película, con ese deseo inicial cumplido al final:  "Si en la nocturnal quietud ves brillar la estrella azul, todo lo que pidas se realizará". "When you wish upon a star, your dreams come true": el principal eslogan de la marca Disney, y quizás también por extensión, la creencia subyacente de la posmodernidad y el capitalismo de ficción.


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(1) Oí hablar de Celebration gracias a Vicente Verdú, pero cuando él escribió sobre la misma aún no habían ocurrido los acontecimientos que la sacaron de su estatus de ciudad de cuento de hadas (ver The Guardian).

(2) Nota preliminar de la edición de Alianza Editorial de Las Aventuras de Pinocho (1983) (3ª ed), p.23

(3) Prólogo de Rafael Sánchez Ferlosio a la edición mencionada arriba.

(4) Hurlimann, B. 1982 (2º ed.) Tres Siglos de Literatura Infantil Europea. Editorial Juventud, SA

Pinocho de Disney versus Pinocho de Collodi





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