domingo, 19 de agosto de 2018

La Gran Desilusión


Gómez, J. 2018. La Gran Desilusión. Cómo Caímos en la Época de la Incertidumbre... y Cómo Saldremos de Ella. Círculo de Tiza.

No podía dejar pasar un libro con este título, del que me ha interesado sobre todo el ensayo central, donde analiza las "las siete desilusiones". Javi Gómez, periodista, enmarca de la siguiente forma lo que él denomina "La Gran Desilusión": "Ya tenemos los tres vértices del malestar contemporáneo: nostalgia, emoción y eterna adolescencia. Nos ha quedado un mundo definido por el miedo al futuro, el dominio de los sentimientos sobre la razón y una sustitución de la responsabilidad por el deseo. El triángulo del desasosiego que delimita el área de La Gran Desilusión" (p.24)

El autor parte de la fórmula de la felicidad enunciada por el ingeniero de Google Mo Gawdat: "La Felicidad es igual o mayor a los eventos que se produzcan en tu vida menos tus expectativas sobre cómo la vida debería ser" (p.22). Por decirlo de otra manera, la felicidad es la concordancia entre tu realidad y tus ilusiones. Nuestra sociedad ha creado una discordancia abismal entre lo primero y lo segundo. Se nos han creado unas expectativas infinitas que han chocado de lleno con la cruda realidad que se hizo patente con la crisis financiera de 2007, y que nos han llevado al "lamento puro de la contemporaneidad: necesidades autocreadas, conexiones invisibles y males intangibles que no podían confluir más que en el etéreo robo del alma" (p.48).

Hemos creado una realidad paralela: "Vivimos diariamente de las vidas de los otros, a través de los medios de comunicación y las redes sociales. La hipercomparación es uno de los aguijones de nuestra autoestima. Como ver ya es sinónimo de creer -- una ilusión que explica la magia y el éxito de la televisión-- hemos terminado por convencernos de que esa felicidad del Instagram ajeno es tangible. Y aún peor: que es real" (p.53) Y esta falsa realidad, cuando se compara con la verdadera realidad, da lugar a las siete desilusiones que, según el autor, definen nuestra época: la desilusión política, la desilusión económica, la desilusión periodística, la desilusión con la libertad de expresión, la desilusión de las pequeñas cosas, la desilusión cultural y la desilusión tecnológica. Citemos un párrafo para entender someramente cad una de estas desilusiones.

La desilusión política: " Las expectativas y las demandas del público frente al sistema político se han hecho tan directas, tan intensas e irrealistas que las quiebra de la democracia está prácticamente asegurada... Exigimos que nos hagan promesas y las cumplan, para después quedar sistemáticamente decepcionados cuando sus límites se muestran evidentes" (p.65)

La desilusión económica: "Nos guía una ideología que tiene como prioridad la complacencia inmediata y los resultados a cortísimo plazo. Somos consumidores narcisos de una sociedad de la tentación" (p. 83)

La desilusión periodística: "La gente prefiere a Trump por lo mismo que consume antes un youtuber que un diario, por una falsa sensación de cercanía debido a la ausencia de intermediarios y un lenguaje más simple y popular... La razón ha dejado el sillón central del salón al sentimiento, y la verdad a la emoción. ¿Qué son si no las redes? Un conjunto de comportamientos emotivos a golpe de tecla" (p. 89)

La desilusión con la libertad de expresión: "Nos esforzamos por eliminar la negatividad estética de nuestro entorno. Un síntoma de nuestra debilidad colectiva. Una fuente de donde brota a chorros la desilusión. No entendemos que el mal -- como la risa, la crueldad o los ronquidos--, es inseparable de nuestra existencia" (p.108)

La desilusión con las pequeñas cosas: "Que la felicidad sea una obsesión, como ocurre hoy, es algo inaudito en la historia de la Humanidad. Nunca el hombre ha sido tan banal como para perseguir solo el disfrute... Cuanto más nos acercan esa narcisístico tarro de la plenitud, cuanto más preocupación nos despierte, más infelices e incompletos nos sentiremos. Y esa es quizás la más honda de todas las ilusiones del mundo contemporáneo: cuando más deseamos la felicidad, más antidepresivos compramos" (pp. 112-3).

La desilusión cultural: "Las sociedades avanzadas gastamos hoy un alma esencialmente lúdica, obsesionada por el confort y la ausencia de sufrimiento, por borrar todo rastro de tragedia en la existencia. Hemos cancelado a Hegel y nos hemos echado en manos de Platón" (p. 129)

Y, finalmente, la desilusión tecnológica: "El 64% de los españoles aseguramos sentir ansiedad si nos quedamos sin batería en el móvil y reconocemos acudir a la pantalla líquida unas 150 veces al día... Empiezan a despuntar síntomas de un hartazgo mesurable en forma de datos... Ya hay sentencias que reconocen el derecho a desconectar el móvil en vacaciones" (pp.134-5)

Como resumen de todo este proceso de desilusión, estos párrafos que lo explican todo: "Nos angustia la parte azarosa indisolublemente ligada a la existencia, porque hemos querido eliminar de nuestra mente la posibilidad de que las cosas salgan mal. Nuestra ilusión ha superado a nuestra consciencia. El marketing ha barrido por goleada al realismo" (p.140). "Esa sociedad profiláctica de hoy que anhela amputarse el mal, la vejez, la muerte, la fealdad, la enfermedad, la suciedad, la mezquindad... Nunca antes coincidió que, creyendo nuestro mundo tan perfecto, nos diésemos cuenta de nuestra crudad imperfección" (p. 148)

A lo largo del libro hay múltiples referencias muy interesantes, desde Daniel Kahneman hasta Yuval Harari pasando por Michel Houellebecq, pero me quedo con dos de obligada lectura: La Expulsión de lo Distinto de Buyng Chul-Hang, y la novela El Palacio de los Sueños, de Ismaïl Kadaré.


Entrevista a Javier Gómez 


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