domingo, 8 de abril de 2018

La Utilidad de lo Inútil


Ordine, Nuccio. 2013. La Utilidad de lo Inútil. Acantilado (Decimooctava edición)

Siempre he creído en la importancia de hacer las cosas por el placer de hacerlas, sin estar angustiado por el objetivo final. Hay que disfrutar con el camino, y no estar constantemente pensando en la meta. Esta es la idea básica de este delicioso libro que reivindica la curiosidad, el saber, la investigación, la cultura, el arte y la actividad humana en sí mismos, sin necesidad de estar guiados por un sentido de la utilidad que las esclavice: "la mirada fija en el objetivo a alcanzar no permite ya entender la alegría de los pequeños gestos cotidianos ni descubrir la belleza que palpita en nuestras vidas" (p.16).

Un admirador de Montaigne ("no hay libro que pueda sacudir nuestra interioridad como los Ensayos" p.52), el autor hace un recorrido por los clásicos para constatar la importancia de despojarse de la necesidad de utilidad en el arte, en la literatura, en la filosofía, en la ciencia.

Porque el libro no se basa en la fácil distinción entre humanidades y ciencias, pudiéndose pensar que las primeras son inútiles y las segundas útiles. El ensayo de Abraham Flexer que se incluye al final de libro, incide en la importancia de que en las ciencias hay que permitir el desarrollo de una actividad lúdica, placentera y curiosa por encima de cualquier imposición utilitaria. En este ensayo se aportan excelentes ejemplos en la historia de la ciencia en la que se consiguieron objetivos que posteriormente fueron impresionantemente útiles, pero que nacieron de una actividad totalmente independiente de ese objetivo. Me ha recordado este ensayo al libro de Carl Sagan The Demon-Haunted World, ("Science is an astonishment and a delight" p.310), ya que en ambos se cita el caso de James Clerk Maxwell  (p.155) por sus estudios teóricos sobre electromagnetismo que luego han posibilitado la radio, la televisión o el radar (capítulo 23 del libro de Sagan, "Maxwell and the Nerds").

Es especialmente brillante la tercera parte: "Poseer mata", donde hay unos inolvidables párrafos dedicados al amor y la verdad, de los que destaco las siguientes líneas:

"El amor implica despojarse de toda pretensión de poseer certezas. Sólo el creer ayuda a vivir una relación fundada en el respeto y la tolerancia" (p.119)

 "Ninguna religión y ninguna filosofía podrán reivindicar nunca la posesión de una verdad absoluta, válida para todos los seres humanos. Porque creer que se posee la única y sola verdad significa sentirse con el deber de imponerla, también por la fuerza, por el bien de la humanidad... considerar la propia verdad como la única posible significa negar toda búsqueda de la verdad" (p.131)

Un manifiesto. en fin,  no sólo en contra del utilitarismo, el mercantilismo y el capitalismo ciegos, sino en contra de la intolerancia y el dogmatismo.

Reseña de EL PAIS


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