Los equívocos caminos de la ilusión y la realidad a través de la filosofía, la literatura, el cine, el arte, el periodismo y la ciencia
miércoles, 30 de agosto de 2017
Human
Gazzaniga, M.S. 2008. Human. The Science Behind what Makes Us Unique. Harper Collins.
(El libro está publicado en español bajo el título ¿Qué nos Hace Humanos? por Paidós Ibérica)
Gazzaniga ofrece en este libro una descripción detallada de la naturaleza humana desde su punto de vista de neurocientífico. Es apasionante cómo nos hace visibles la especificidad de nuestro cerebro y las raíces biológicas de nuestra sociabilidad, nuestra moralidad, nuestros sentimientos y emociones, nuestra necesidad de arte y de espiritualidad, para terminar con el sutil mundo de la conciencia y el yo y una última reflexión sobre la posibilidad de cambiar nuestra naturaleza debido al exponencial avance en genética e inteligencia artificial en la última década.
Desde la introducción, Gazzaniga deja clara sus intenciones: poner el énfasis no en lo que nos une, sino en lo que nos diferencia de los animales: "Even though we have all these connections with the biologic world from which we came, and we have in some instances similar structures, we are hugely different... I have decided that something like a phase shift has ocurred in becoming human" (p.3).
Desde el principio, hay que dar un aviso para creacionistas y entusiastas del diseño inteligente: Gazzaniga no trata de convencernos de que el ser humano es el producto final de una cadena o que esté en la cima de una jerarquía. En seguida aparecen los que se frotan las manos: "¿Lo ves? ¡Somos la especie elegida!¡Lo confirman los científicos!". Pero Gazzaniga no dice esto, tan sólo dice que somos únicos, no que seamos los reyes de la creación.
Por ejemplo, hablando sobre las características de nuestro cerebro, y argumentando en contra de la importancia del tamaño del mismo, Gazzaniga se reafirma frente a la idea equivocada de que los seres humanos estemos colocados en la cima de ninguna escalera evolutiva. Estamos simplemente situados en el exterior de una rama de un árbol: "The general acceptance of this notion... led to the construction of the philogenetic scale that some of us learned in school, with man sitting at the top of an evolutionary ladder, rather tan out of the branch of a tree" (p.11). En otro lugar, afirma: "We are all carbon-based creatures, yet every species is unique, and we are too. Every species has answered the problema of survival with a different solution, filling a different niche" (p.388). En esto es en lo que Gazzaniga pone el énfasis a lo largo del libro, en nuestra singularidad como especie y cómo ha llegado a producirse.
Las principales diferencias que Gazzaniga encuentra con los animales son las siguientes. Una, nuestra necesidad de darle explicación a todo buscando siempre una causa inicial y nuestra obstinación en que todos los seres tiene una esencia independiente de su apariencia: "We alone form concepts about imperceptible things and try to explain an effect as having be caused by something... We understand that other living things have an invisible essence that is independent of our appearance" (p.274). Está claro que estas características son las creadoras del animismo, los mitos y las religiones (una de nuestras principales características como especie, según argumenta Harari en Sapiens). La otra, y quizás la principal, el módulo que él llama el "interpreter" ubicado en la parte izquierda del cerebro, que toma la información procedente del exterior y la integra de una manera única para crear la auto-conciencia. Esta es la única vez en el libro que se vuelve a hablar de "cambio de fase": "I propose that the left-brain interpreter is uniquely human... There has been a phase shift. The degree to which humans are self-aware is unique (p.302)."
No obstante, si analizamos bien esta frase, vemos que incluso en el momento en que Gazzaniga es más rotundo con respecto a nuestra singularidad, dice "el grado en que somos auto-conscientes". Es decir, estamos incluso aquí ante una cuestión de grado. Debido a este y otros muchos ejemplos, la lectura del libro ha tenido un efecto curioso en mí, porque la constante preocupación de Gazzaniga por encontrar pruebas sobre nuestras diferencias con otros animales, no ha hecho más que poner en evidencia todo lo que nos une. Es como si se tratara de un abogado defensor que intentara demostrar a toda costa que su defendido no pertenece al supuesto grupo al que parece estar vinculado, pero su búsqueda de pruebas minúsculas y detalles ínfimos hace crecer la sospecha de que la vinculación sí existe, y en alto grado.
En muchas ocasiones, Gazzaniga reconoce que aún queda mucho por investigar. En el interesantísmo capítulo sobre la conciencia, basado en gran parte en las investigaciones de Antono Damasio, admite al final: "Some animals have some degree of extended consciousness, but what animals possess it and to what extent is still unknown (p.320)." Por ello, como contrapunto a este libro, habrá que leer Beyond Words. What Animals Think and Feel, donde Carl Safina insiste en las limitaciones de los experimentos realizados con animales, y los observa en su medio natural (elefantes, lobos, ballenas...) poniendo el énfasis en lo contrario, en todo lo que nos une y no lo que nos separa.
Cuando Punset pregunta a Gazzaniga en su entrevista en Redes (ver más abajo) si somos realmente únicos y no es solo una cuestión de grado, éste responde con su habitual sentido del humor: "Sí que somos únicos. Nunca verás a una rata disfrutando de una partido de béisbol, ni a un par de chimpancés pilotando un avión". Obviamente. De la misma forma que nunca veremos a un hombre volando en una cueva a oscuras dejándose pilotar por los sonidos que emite. Cada especie es única, sin duda.
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Damasio, A. 2010. Self Comes to Mind. William Heinemann
Harari, Y.N. 2011. Sapiens. Vintage
Safina, C. 2015. Beyond Words. What Animals Think and Feel. Picador
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