Los equívocos caminos de la ilusión y la realidad a través de la filosofía, la literatura, el cine, el arte, el periodismo y la ciencia
lunes, 17 de julio de 2017
Mendel el de los Libros
Zweig, Stephan. 2009. Mendel el de los Libros. Acantilado
(Título original: Buchmendel. Traducción de Berta Vias Mahou).
Esta pequeña joya de relato breve de Stefan Zweig es por un lado una profunda reflexión sobe los terribles acontecimientos que asolaron Europa en el siglo XX, y por otro lado, un homenaje a los libros y a su poder para cautivarnos: "los libros sólo se escriben para, por encima del propio aliento, unir a los seres humanos, y así defendernos frente al inexorable reverso de toda existencia: la fugacidad y el olvido" (p.57).
Pero hay otra tema para la reflexión que se esconde detrás de este relato, y es el poder de los libros tanto para alejarnos de la realidad como para acercarnos a ella. ¿Leemos para huir de la realidad, para refugiarnos en la seguridad de la letra impresa, para encontrar consuelo en las páginas inmutables frente a la inseguridad de la realidad, siempre cambiante e implacable? ¿O leemos para, por el contrario, abrir los ojos, intentar comprender mejor el mundo y abrir nuestra mente a la verdad?
Mendel vivía por y para los libros: "De cualquier obra que hubiera aparecido lo mismo hacía dos días que doscientos años antes conocía de un golpe el lugar de publicación, el editor, el precio, nuevo o de anticuario. y de cada libro recordaba, con una precisión infalible, al mismo tiempo la encuadernación, las ilustraciones y las separatas en facsímil" (p.19).
Pero esta pasión lo mantenía alejado de la verdad, y esta ceguera le llevó a no estar en el mundo y mantenerse alejado de la terrible realidad que le rodeaba, cometiendo un error fatal: "una terrible estupidez, una estupidez impresionante, una estupidez por completo inverosímil justo en aquellos años demenciales, algo que solo se explica por el perfecto ensimismamiento, porque aquel personaje único estaba en la luna" .
Los libros llevaron a Mendel al ensimismamiento y le alejaron de la realidad. Y eso provocó trágicos acontecimientos que cambiaron su vida. Stefan Zweig también se refugió en su obra y sus viajes; no toleró el horror que le rodeaba, que lo llevó al exilio y finalmente, al suicidio. Tuvo problemas con sus amigos y la sociedad de su tiempo porque, según algunos, no quiso enfrentarse abiertamente al estalinismo ni al nazismo.
¿Para qué leemos? ¿Para qué escribimos? ¿Para huir de la realidad o para intentar entenderla? ¿Leer nos vuelve más locos o más cuerdos? ¿O cumple quizás ambas funciones, dependiendo del uso que hagamos de ello?
Stephen Pinker en su libro The Better Angels of Our Nature apunta al crecimiento exponencial de la escritura y la lectura como uno de los más importantes factores que ayudaron a dar un paso crucial en la historia de la humanidad hacia la empatía y la compasión, que él denomina la Revolución Humanitaria y que se produce en el siglo XVIII:
"...technological advances in publishing, the expansion of literacy, and the popularity of the novel all preceded the major humanitarian reforms of the 18th century... Uncle Tom's Cabin mobilized abolitionist sentiment in the United States, Charles Dickens's Oliver Twist (1838) and Nicholas Nickleby (1839) opened people's eyes to the mistreatment of children... the explosion of Reading may have contributed to the Humanitarian Revolution by getting people into the habit of straying from their parochial antage points." (p.177)
Por tanto, gracias a la lectura somos capaces de adentrarnos en la realidad, aumentar nuestras perspectivas, deshacer prejuicios y volvernos más tolerantes y compasivos.
Pero por otro lado, sabemos que también puede ocurrir lo contrario, pues le ocurrió a nuestro más insigne hidalgo: "El se enfrascó tanto en su lectura, que se le pasaban las noches leyendo de claro en claro, y los días de turbio en turbio; y así, del poco dormir y del mucho leer se le secó el cerebro, de manera que vino a perder el juicio." Es decir, los libros como huida, los libros como refugio, los libros como anestesia. Quizás fue esto lo que le ocurrió al pobre Mendel, que tanto amó los libros que "las personas no le interesaban" y todo lo que ocurría a su alrededor le pasaba totalmente desapercibido:
"A través de los dos orificios redondos de las gafas, a través de aquellas lentes resplandecientes y succionantes, , únicamente se filtraban en su cerebro los millares de infusorios negros de las letras. Todo lo demás que pudiera ocurrir a su alrededor fluía junto a él como un ruido sordo" (p.29).
____________________________________________________________
Pinker, Stephen. 2011. The Better Angels of Our Nature. Why Violence Has Declined. Viking
Aquí dejo un enlace a un documental sobre la vida y la obra de Stefan Zweig:
Se ha estrenado hace poco una excelente película sobre la última parte de la vida de Stefan Zweig:
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario